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Despega hoy hacia la "Mir" la que puede ser su última tripulación

Un astronauta francés y otro ruso estarán seis meses en órbita

Para primera hora de la mañana de hoy estaba previsto el lanzamiento, desde las estepas de Kazajstán, de una nueva nave Soyuz con los astronautas que se pueden convertir en los últimos inquilinos de la Mir. La estación orbital rusa, después de 13 años de explotación, será hundida en el océano Pacífico este año si los rusos no encuentran urgentemente dinero para prolongar su funcionamiento.

El lanzamiento de la nave espacial, que llevará al comandante ruso Víktor Afanásiev, al francés Jean-Pierre Haignere y al eslovaco Ivan Bella, está previsto para las 5,18 de la mañana, hora peninsular española, desde el cosmódromo de Baikonur. Curiosamente, el lanzamiento coincidirá con el 13º aniversario de la puesta en órbita del primer módulo de la Mir.Los problemas de financiación del programa espacial ruso tendrán serias consecuencias para el ingeniero de vuelo Serguei Avdéyev, que lleva ya seis meses en la Mir. Resulta que, como Rusia ya había vendido a Eslovaquia y Francia la permanencia de sus astronautas en la Mir, y como ésta puede dejar de existir en seis meses más, hubo que enviar a los dos extranjeros en esta Soyuz, que puede ser la última que vuele a la estación orbital rusa. Y como en las naves tripuladas rusas sólo pueden ir tres personas, no hubo plaza para el ingeniero de vuelo que debía reemplazar a Avdéyev, quien se verá obligado a permanecer otro medio año en órbita y regresar con Afanásiev y Haignere. El eslovaco Bella pasará una semana en órbita y regresará con el actual comandante de la Mir, Guennadi Padalka.

El regreso del francés, junto con Afanásiev, que ya ha cumplido dos misiones en la Mir con un total de 357 días en órbita, está programado para agosto. Y es entonces cuando la empresa Energuía, dueña de la estación, deberá resolver su destino.

Si no consigue patrocinadores privados que la financien, la Mir será hundida en el Pacífico. Para ello, al final de la misión de Afanásiev y Haignere, llegará una nave de carga Progress con mucho más combustible que el acostumbrado, para dar a la estación el impulso que la saque de su órbita. Afanásiev confía en que para esas fechas el problema financiero estará resuelto y que él podrá traspasar el mando de la Mir a algún colega. Un año de funcionamiento de la estación orbital cuesta unos 250 millones de dólares (más de 36.000 millones de pesetas)

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