El Gobierno levantará en Ceuta otra valla más contra los inmigrantes
Una nueva valla de metal reforzado y 3,10 metros de altura, coronada por alambre de espino, se levantará en la frontera que separa Ceuta con Marruecos. La obra actual, iniciada en 1993 y todavía no concluida, pese a los 5.680 millones de pesetas que se llevan gastados, ha sido incapaz de frenar la continua afluencia de inmigrantes subsaharianos, de los que casi 2.000 se hacinan en el campamento ceutí de Calamocarro. El Gobierno ha decidido reformar por el procedimiento de emergencia el duro control fronterizo.
El delegado del Gobierno en Ceuta, Luis Vicente Moro, anunció ayer que la evacuación de los subsaharianos no se iniciará hasta que se asegure que la frontera ha dejado de ser un coladero. Para lograrlo, el Gobierno ha decidido acometer con carácter de urgencia una drástica reforma de las obras de estas barreras que se iniciaron hace cinco años y todavía no han finalizado. De las dos vallas de frágil alambre y 2,5 metros de altura que rodean el perímetro bajo soberanía española, la exterior será derribada para levantar en su lugar otra de metal blindado y 3,10 metros. Además, ambas serán reforzadas con una alambrada de espino. Se trata de copiar el proyecto aplicado en Melilla, que ha dado mejor resultado con un presupuesto muy inferior, unos 2.000 millones de pesetas. Los problemas de la obra ceutí no se acaban, sin embargo, con esta reforma. Las lluvias del año pasado provocaron desprendimientos que han dañado seriamente la instalación y ni siquiera se sabe en qué medida ha sido afectado por el desplazamiento de tierras el cableado subterráneo necesario para que funcionen los sensores volumétricos, los focos halógenos y cámaras de vídeo. El proyecto no contó con un estudio geológico previo para prevenir desprendimientos. La situación existente hace año y medio se ha invertido y hoy hay en Ceuta casi cuatro veces más inmigrantes ilegales que en Melilla.
