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Ronaldo volverá a Brasil tras cumplir con el Inter

Àngels Piñol

Su gol preferido sigue siendo el que marcó en 1996 en Santiago de Compostela y sus sueños pasan por ganar una Liga -se le resistió en Holanda, en España y se le resiste en Italia- y un Mundial -no jugó en el de Estados Unidos y la final de Francia permanece aún envuelta en una nebulosa difícil de aclarar-. Y otro que ya no oculta: dejar Europa en seis años y volver a Brasil. La carrera de Ronaldo, el delantero del Inter, parece haber sufrido un brusco, un duro frenazo. No ha vuelto a levantar cabeza en el calcio -el Inter está a 10 puntos del líder, el Fiorentina- por culpa de una tendinitis crónica en la rodilla que le obliga a racionar sus apariciones. Prisionero de su propia imagen, Ronaldo, de 22 años, intuye que nunca podrá parar el tiempo suficiente para curarse. Mientras, sigue atrapado entre la enfermería y la publicidad, y desea que una de sus mejorías coincida en primavera para volver al Camp Nou y jugar la final de la Copa de Europa. "Soy consciente de que no he merecido ser el mejor del mundo [recibió el galardón en 1997 y 1998]. Me conformo con estar aquí. Otros han hecho más méritos",admitió ayer Ronaldo, que regresó el domingo al Port Olímpic para celebrar una fiesta con sus amigos brasileños y holandeses (coincidió con los azulgrana Zenden y Cocu en el PSV) aprovechando la gala de la FIFA. Nada cambia. Muy cerca, su gente de siempre: su agente y tutor brasileño, Alexandre Martins, y su secretario, César, el mismo de Holanda y de Barcelona. "Trabajo bien y con ganas de volver a ser el número uno", añadió el brasileño tras presentar un nuevo anuncio de Pirelli, patrocinador del Inter, y firmar decenas de pósters. Pero ¿cuándo? Esa es la duda. El listón está alto: la gente le pide más. Y encima carga con el peso de un deporte mundial huérfano tras la retirada de Jordan. "Intentaré corresponder a la gente que confía en mí", dice Ronaldo, un espectador más ahora en San Siro. "Quizá reaparezca el domingo", sugiere Martins.

Curada ya la herida de Barcelona -"la ciudad es mejor que Milán, pero allí estoy muy bien"-, Ronaldo conserva su casa de Castelldefels y vive en un piso cerca de San Siro para evitar el acoso de los fotógrafos. Quizá está ya cansado de la insaciable Europa y de tanto compromiso. Brasileño de pies a cabeza, parece no distinguir entre el frío de Holanda (dos años en el PSV), el calor del Mediterráneo (un año en el Barça) y la niebla de Lombardía (dos años en Milán). Antes hablaba de retirarse en Brasil. Ya no disimula. Quiere volver cuando cumpla con el Inter (firmó por ocho temporadas). Tendrá 28 años. "Llevo cinco años en Europa y me encantaría regresar. Y en el Flamengo, el club de mis sentimientos", confesó.

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