El arte de vanguardia llega a Jaén con la apertura de una nueva galería

Todavía quedan soñadores. En una ciudad, Jaén, de 113.000 habitantes en la que decir arte contemporáneo es, para muchos, casi mentar al diablo, mañana se inaugurará una nueva galería. Los óleos de José María Larrondo cubrirán las paredes de la galería Martínez Montañés, un nuevo espacio que ha puesto en marcha David Padilla. El local será el primero que ofrezca arte de vanguardia en la capital jiennense y lo hace con una historia de náufragos que Larrondo ha titulado Crónicas desde el planeta verde.

David Padilla, pintor y a partir de ahora marchante de arte, justifica su osadía: "Jaén tiene una universidad floreciente, una economía en desarrollo y una gran inquietud por el arte contemporáneo que obliga al público a buscar un mercado fuera de la ciudad, sobre todo en Madrid", comenta David Padilla (Jaén, 1958). Para hacer frente a esta demanda, Padilla ha decidido poner en marcha una galería de arte contemporáneo que se convertirá en la única en manos privadas en la capital. Hasta el momento, las exposiciones las organizan salas de fundaciones o instituciones publicas. El espacio, proyectado por el arquitecto Manuel Ruiz Navarro, está inspirado en la estética minimalista. "Son líneas oblícuas que permiten separar dos espacios, de uso administrativo y expositivo, pero que, a la vez, conservan una misma estética", asegura Padilla. Crónicas desde el planeta verde, la muestra que inaugurará el espacio mañana, es la segunda de una trilogía que ha creado José María Larrondo (Villafranca de los Barros,Badajoz, 1958). La primera parte, titulada Ice heart, se presentó en la galería Bores & Mallo de Cáceres. "En esta exposición cuento lo que ocurre después de un naufragio, algo a lo que también hacen referencia los textos del catálogo que firman el actor Juan Echanove, el escritor Antonio Onetti o el poeta Michel Hubert Lépicouché", comenta Larrondo. El artista, miembro de la Nueva Figuración Sevillana que surgió a mediados de los ochenta, hace un recorrido a través de 14 obras figurativas y, a veces, surrealistas en un planeta lleno de connotaciones mediterráneas. "Las obras están llenas de referencias personales pero que también son universales como ocurre con Venecia, en la que se retrata una tragedia con cuadros flotando en las aguas, después de que el barco naufragara", dice el artista. En la muestra, que estará abierta hasta el 31 de enero, hay sitio también para el surrealismo en Tsunami de verano, una ola de manos, orejas y labios que llega dispuesta a arrasar.