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Coslada presenta el plan definitivo para trasladar su barrio más próximo a Barajas

Vicente G. Olaya

El Ayuntamiento de Coslada, gobernado por Izquierda Unida, ya ha puesto precio al traslado del barrio de la Estación, una vieja urbanización donde residen, soportando a diario el ruido de los aviones, más de tres mil personas (1.050 viviendas). Debido a la precariedad de los materiales con que fue construido el barrio, hace 40 años, los pisos no pueden ser insonorizados. El Consistorio cree que Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), organismo del que dependen los aeropuertos nacionales, podría invertir 15.000 millones de pesetas en esta zona para dar un nuevo piso en otro lugar tranquilo de Coslada a los ciudadanos que duermen bajo el pasillo aéreo de aterrizaje de Barajas.El barrio de la Estación, según el alcalde de Coslada, José Huélamo, soporta hasta 90 decibelios de ruido a causa de los aviones, a pesar de que la máxima contaminación acústica permitida por la legislación comunitaria es de 60 decibelios por la mañana y 55 por la noche.

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En la actualidad, esta parte de Coslada es sobrevolada cada dos minutos por una aeronave. Huélamo anunció ayer que, cuando el aeropuerto alcance en los próximos años los 120 movimientos a la hora -ahora se realizan unos 55-, cada una de las aeronaves pasará sobre las viviendas cada 35 segundos. "La vida en este barrio será entonces insoportable", aseveró Huélamo.

El Ayuntamiento de Coslada ha elaborado un proyecto para desmantelar el barrio y trasladar a los vecinos a otra parte del municipio. AENA estudiará ahora el plan, realizado por técnicos municipales. La respuesta llegará en tres meses.

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Colegio de San Esteban

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El Ayuntamiento ofrecerá un nuevo piso de precio tasado a los afectados por el traslado

Aunque dos de los seis núcleos de población se encuentran fuera de la zona de afección de los aviones (véase el gráfico), el Consistorio ha decidido trasladar también a sus vecinos. "No tiene sentido", afirma Huélamo, "dejar 80 viviendas entre un mar de fábricas sin ningún servicio público para atenderlas. Porque también cerraremos el colegio de San Esteban y el centro social", señala.No obstante, para el centro social, el Ayuntamiento estudia su reconversión en un centro de formación profesional: "Como hay muchas fábricas en su entorno, lo lógico será transformarlo en un edificio de formación para los trabajadores de la zona".

Huélamo avanza que "las negociaciones con el vecindario van a ser difíciles, porque habrá gente que no quiera abandonar el barrio por razones sentimentales". "Estamos abiertos a todo. Lo importante es el diálogo y convencer al vecindario de que debe marcharse por su propio bien", indica. El regidor afirma que hará "todo lo posible" para llegar a un acuerdo. "Pero si una minoría se opone, no habrá otra posibilidad que la expropiación", reconoce.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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