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Roban diez millones en una joyería tras atar a su dueño

Atado a una mesa de la trastienda, con la cabeza tapada con una manta, con una leve contusión cervical y pidiendo auxilio a gritos. Así descubrió la portera del inmueble a Antonio G. G., de 68 años, después de que dos hombres armados desvalijaran su joyería, situada en el número 4 de la calle de Donoso Cortés (Chamberí), según informó la Jefatura Superior de Policía.Se calcula que los ladrones se apoderaron de diez millones de pesetas en joyas, alhajas y relojes que había en las vitrinas y de los objetos de valor que guardaba en la caja fuerte de la tienda, que sólo llevaba abierta dos meses.

Los atracadores prepararon el golpe con minuciosidad. Uno de ellos entró en la tienda la semana pasada, acompañado de una mujer, para cambiar la pila a un reloj de oro, según declaró el empresario. El mismo hombre, "corpulento y de unos 30 años", regresó ayer a las 10.30 horas. Aprovechó que no había nadie en la tienda para entrar con el mismo pretexto: cambiar la pila de otro reloj de oro.

El propietario le atendió con confianza y se fue a por la pila.Cuando regresó, el hombre sacó un arma y le apuntó. "Esto es un atraco. Si no te pasas de listo, no te va a pasar nada", le dijo mientras entraba en la tienda otra persona. El joyero trató de quitar la pistola al hombre armado. En el forcejeo, el segundo atracador le golpeó en la nuca con un objeto metálico.

Los atracadores introdujeron al propietario de la joyería en la trastienda. A continuación, le ataron con cuerdas a una mesa del despacho y le obligaron a entregarles la llave de la caja fuerte. Después, le taparon la cabeza con una manta. Los delincuentes huyeron hacia la calle de Bravo Murillo, según algunos testigos. Antonio estuvo más de media hora maniatado en la trastienda. La portera del inmueble escuchó sus gritos y le socorrió.

El joyero sufrió una leve contusión cervical, pero no quiso ser trasladado a ningún centro sanitario. Antonio calcula que los delincuentes se llevaron unos diez millones de pesetas. "Teníamos mucho género propio y otro prestado, porque nos estábamos preparando para la campaña de Navidad", comentó.

Entre los objetos robados, el dueño de la joyería destacó 16 relojes de oro, collares de perlas y perlas cultivadas.

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Antonio explicó que los atracadores rondaban la zona, ya que fueron vistos por la calle de Isaac Peral cuando observaban desde un escaparate el interior de otra joyería.

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