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El cura "rebelde"

El vicario del santuario de Les Planes de Xàbia acepta resignado su retiro tras conseguir que se le deje vivir en el pueblo

Manuel Feito, "el cura de Les Planes", como popularmente se le conoce en Xàbia, ha decidido "acatar" las órdenes del arzobispado y antes de enero abandonará la que ha sido su morada durante los últimos 30 años. A sus 74 años, el padre Manuel se va, no sin algún conato de rebeldía, del apartado santuario de Nuestra Señora de los Ángeles, al que llegó hace tres décadas, cuando el edificio era todavía monasterio, como monje de la orden de los Jerónimos. Los monjes se marcharon de Xàbia hace 20 años; pero él se quedó y en 1985 sustituyó el hábito por el alzacuello y fue ordenado vicario de la parroquia de la Mare de Déu de Loreto. Desde que la orden de los Jerónimos dejó el cenobio de Les Planes, la soledad y el silencio que rezuman sus enmohecidos muros se han apoderado de la rutina del padre Manuel. Soledad y silencio son, además, dos buenos acicates para los amigos de lo ajeno que han irrumpido varias veces en el edificio y no se han comportado con su solitario anfitrión de forma demasiado amigable. Pero ni siquiera estas visitas han conseguido disuadir a Manuel Feito de permanecer en un monasterio que considera su casa. El pasado domingo, ofreció su última misa en la capilla de un santuario que permanecerá cerrado hasta enero. Cuando en esa fecha vuelva a abrir sus puertas, habrán finalizado las obras de ampliación y reforma y pasará a ser casa espiritual y de formación de adultos. Una orden de religiosas se hará cargo del remozado monasterio. El padre Manuel no entra en los nuevos planes que el arzobispado ha reservado para el edificio. Por ello, el domingo, ante los ochos feligreses que escucharon la misa, Feito se aferró a los derechos que le niega la autoridad religiosa. "Soy ciudadano de Xàbia y no me pueden tirar de aquí", exclamó. El lunes se extendió como la pólvora el comentario de que la Iglesia quería enviar al cura a una residencia de sacerdotes de Quart de Poblet, e incluso hubo algún intento de campaña de recogida de firmas para evitar el exilio del padre Manuel. Según el párroco de la Iglesia de la Mare de Déu de Loreto, Joaquín Sendra, quien también asistió a la última misa de Manuel Feito, las palabras de este último fueron fruto de un "malentendido". Aunque admitió que se le había propuesto que ingresara en la residencia sacerdotal, Sendra señaló que existían otras alternativas como que se quedase en el Asilo Hermanos Cholbi de Xàbia. El párroco aclaró que todos los sacerdotes, cuando son ordenados, prometen obediencia al obispo, y que ninguno de ellos puede invocar "derechos adquiridos" sobre un determinado destino. Por lo tanto, según Sendra, el padre Manuel debe aceptar que sus superiores hayan decidido transformar el monasterio en casa espiritual y apartarlo a él de esos planes. En parecidos términos se expresó el vicario episcopal de Gandia, Juan José Llorens, quien explicó que Manuel Feito es un sacerdote diocesano y que "se debe al arzobispo". Sin embargo, "el arzobispado también se debe a él y hará todo lo posible para que esté bien atendido". Llorens advirtió que el padre Manuel no goza de buena salud y necesita cuidados. El vicario episcopal se reunió el pasado lunes con el cura y le reiteró sus argumentos. También insistió en que podría quedarse en Xàbia, pero no en el monasterio. Después de esa reunión, Manuel Feito reconoció ayer con un cierto aire de resignación que "acatará" las órdenes del arzobispado y que dejará el santuario de Les Planes. "Al menos he conseguido quedarme en Xàbia, localidad a la que me siento muy unido y donde se me quiere mucho", manifestó. Feito será ahora capellán del Asilo Hermanos Cholbi y podrá seguir ejerciendo su labor sacerdotal, pero lejos de la que ha sido su apartada morada durante los últimos 30 años.

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