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La dimisión de cuatro concejales agrava la crisis de gobierno en Caldes

Las desavenencias internas por la gestión del alcalde de Caldes de Montbui (Vallès Oriental), Josep Maria Bonora, de Convergència i Unió (CiU), han comportado ya la dimisión de cuatro concejales de la coalición nacionalista y la renuncia al cargo del presidente local de Convergència Democràtica (CDC), Josep Maria Tarruell, que también se ha distanciado del alcalde. La pugna en el grupo municipal ha dejado a CiU con tres de los ocho ediles que obtuvo en las últimas elecciones, lo que ha acrecentado aún más la debilidad en que se encontraba el equipo de gobierno tras la marcha del concejal del Partit per la Independència (PI). A pesar de que los dimisionarios sólo aluden a discrepancias en la gestión, en el fondo está la imposibilidad de conseguir que Bonora presente su dimisión para designar al nuevo líder municipal, que encabezaría la candidatura de CiU en las municipales de 1999. Los críticos aducen varios motivos para exigir la dimisión de Bonora: falta de diálogo, deterioro de las relaciones personales y las denuncias por supuestas irregularidades en su gestión. Entre éstas se incluye el permiso concedido a la esposa del alcalde para explotar una cantera en un terreno no apto para esta actividad, según el Plan General de Ordenación. El permiso se otorgó a través de la empresa de un familiar del concejal de Urbanismo. A raíz de estos hechos, el PI rompió el pacto de gobierno y el Partit dels Socialistes (PSC) e Iniciativa per Catalunya (IC) trasladaron el expediente a la Fiscalía de Barcelona para que investigue si existe delito, puesto que el alcalde se negó a dar marcha atrás. Según fuentes de CDC, Josep Maria Bonora no está dispuesto a abandonar la alcaldía ya que considera que su dimisión significaría dar la razón a los que le acusan de cometer irregularidades. Por su parte, los concejales dimisionarios rehúyen un pacto de mínimos para terminar la legislatura si el alcalde no deja el cargo, ya que consideran que su imagen está muy dañada, incluso por razones personales que nada deberían influir en la política. Problemas Bonora no ha tenido una legislatura fácil en Caldes. Su primer pacto de gobierno con el Partido Popular (PP) se rompió después de descubrirse que el concejal conservador ofreció al PSC, a IC y al PI la posibilidad de presentar una moción de censura. El posterior acuerdo con el PI también fracasó tras la polémica de la concesión del permiso de la cantera de su esposa. Además, la gestión del gobierno municipal ha levantado ampollas. No se ha solucionado la polémica del campo de golf ni el suministro de agua. Por su parte, la propuesta de revisión del Plan General de Ordenación, que también ha sembrado dudas sobre posibles intereses dentro del equipo de gobierno, generó una importante movilización ciudadana que frenó la iniciativa.

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