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FÚTBOL: Décima jornada de Liga

Mostovoi, entre caños y despistes

No se había cumplido aún la primera media hora de partido y Mostovoi ya había tirado tres caños, uno de ellos con gol al fondo (la jugada del 0-1 arrancó en un túnel sublime que el ruso le aplicó a Panucci). El caño -superar al rival pasando el balón por debajo de sus piernas-, es un regate universal, vigente, pero no tanto en el fútbol profesional. Es más propio del fútbol de barrio, de la calle, donde no sólo abundan, sino que los partidos se recuentan a goles y a caños -es una suerte con mensaje, que jerarquiza al que lo realiza y humilla al que lo sufre-. Pero hacer tres en el Bernabéu, en un encuentro de la Liga española, es una barbaridad.

Mostovoi los hizo. Jugó sobre el césped de Chamartín como si estuviera en el patio de su casa. Y no fue casual.

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Porque Mostovoi juega siempre así, para divertirse. Sólo vive los episodios del partido que él protagoniza. Todos los mira desde su perspectiva y por eso se cabrea visiblemente cuando un compañero no le pasa o cuando le empujan o con lo que le pita el árbitro... Siente los partidos desde el yo, y es así como beneficia al Celta.

Lo que no le afecta directamente no le interesa. Al concluir el partido ante el Betis de hace unas semanas (0-3), Mostovoi llamó por teléfono a su amigo Karpin, que no había jugado, para informarle de la victoria. "Fácil, ¿no?, sobre todo tras la expulsión de Fernando [vio la tarjeta roja a los 18 minutos]", le dijo Karpin. "¿Qué expulsión?, ¿pero a quién han expulsado?", contestó sorprendido el 20 del Celta.

Mostovoi es así y no conviene cambiarle.

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