_
_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Sobre panes y peces

Como era de esperar, tras la primera arremetida de Rato, el ministro de Trabajo ha destapado el tarro de las esencias aumentando en 20.000 millones lo que según su compañero perdía Andalucía por no haber aceptado el nuevo sistema de financiación autonómica. Y no es extraño, ya que lo de los millones para el Gobierno Aznar es como el milagro de los panes y los peces, que se multiplican según el público para el que se habla. Y no puede ser de otra forma, puesto que una vez ha fracasado el sistema y a la espera de la resolución de una serie de recursos ante el Tribunal Constitucional con ciertos visos de prosperar, al PP cada vez le quedan menos argumentos y más necesidad de milagros, aunque sean de "panes y peces". Frente a estos millones virtuales existen tres realidades incontestables que determinan el fracaso del sistema: primero, que durante 1997 todas las comunidades que aceptaron la cesión perdieron ingresos por la evolución del IRPF; segundo, que fruto de lo anterior y ante el miedo al varapalo del Constitucional, se sacó de la manga un sistema de garantía con el que ya los ingresos no se perciben según lo que se recauda de IRPF sino según la evolución del PIB; y, tercero, que lo anterior es tan obvio que los anticipos a cuenta fijados en los Presupuestos no se calculan según el IRPF sino según el PIB. En consecuencia, ni corresponsabilidad, ni IRPF, ni nada, sólo fracaso. Y mientras tanto, como no podía ser de otra forma, malos tratos para quienes desde un primer momento se negaron a aceptar un sistema fracasado. Ni reconocimiento de población, ni inversiones del Estado, ni deuda histórica, ni ninguna otra cuestión que haga justicia con aquellas comunidades que no otorgan su confianza al Gobierno. Y lo más triste es que la cabeza visible de esta política discriminatoria sea un andaluz, ya que al presidente del Gobierno cada vez le cuesta más dar la cara. Y lo que es aún peor, que en manos de ese ministro esté transferir a esta tierra las políticas activas de empleo, el principal instrumento de lucha contra el paro que nos azota, y se esté perdiendo la oportunidad de reparar con esa transferencia los agravios cometidos hasta el momento.LUIS ÁNGEL HIERRO

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_