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Acuerdo de la mitad de los afectados por el robo de Caixa Laietana con el seguro

La mitad de los afectados por el robo de las cajas de seguridad de la sede central de Caixa Laietana en Mataró (Maresme) ha llegado a un acuerdo sobre la indemnización de la entidad aseguradora y ha recuperado los objetos abandonados por los ladrones en la cámara acorazada. Un portavoz de la entidad explicó ayer que de los 400 afectados, la mitad ha aceptado la indemnización del seguro y el resto está todavía negociando.

Caixa Laietana ha suprimido el servicio de cajas de seguridad, pero aún hay arrendatarios que no han pasado por la oficina central, situada en la calle de Palau de Mataró, para retirar sus posesiones. Se trata de usuarios que no tienen nada en las cajas o que residen en el extranjero y no han pasado por la sede central desde que se produjo el robo, en la Semana Santa pasada, entre los días 9 y 14 de abril. Los ladrones reventaron 495 cajas, pero el número de afectados ronda los 400, ya que algunos arrendatarios tenían las cajas vacías. Los afectados que han presentado reclamación han denunciado el robo de 850 millones de pesetas en metálico y algunos objetos y joyas de valor, aunque el monto de lo sustraído supera con creces esa cifra, según sostienen diversas fuentes. Si las cajas reventadas estuviesen repletas de dinero, el cálculo de lo robado ofrece la cantidad de 5.000 millones de pesetas, cifra exagerada en opinión de la entidad de ahorros. Los ladrones abandonaron en la cámara acorazada la mayoría de los objetos de valor que había en las cajas. Esos objetos fueron clasificados e inventariados por Caixa Laietana, que ya ha devuelto una parte a sus propietarios. El resto del material todavía permanece custodiado por la caja de ahorros, ya que los clientes no se ponen de acuerdo sobre la propiedad de algunas piezas o no han llegado a un arreglo con la aseguradora del contenido de las cajas. El seguro mínimo contratado era de 500.000 pesetas, pero cada arrendatario podía aumentar esa cantidad. Los ladrones utilizaron los conductos del aire acondicionado para entrar en la cámara blindada y en otra sala donde Caixa Laietana guardaba monedas de curso legal. De esta última estancia sacaron 10.000 monedas de 500 pesetas, todo sin ser vistos.

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