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Entrevista:

"Es una barbaridad que el hotel Meliá pase a manos privadas"

La Justicia le ha exculpado de los presuntos delitos de malversación de fondos públicos y estafa que le imputaban dos particulares por la compra, en 1996, con fondos públicos, de la tercera fase del hotel Meliá de Alicante por 1.874 millones de pesetas. Tras dos años de silencio, los que ha durado la investigación judicial, el ex presidente de la Autoridad Portuaria de Alicante, el socialista Ángel Cuesta, anuncia que le toca mover ficha; lo hará "cuando llegue el momento". Pregunta. Como presidente del puerto, usted compró la tercera fase del hotel Meliá. ¿Por qué se planteó la operación? Respuesta. Por un acuerdo entre las fuerzas políticas más representativas para instalar allí el Palacio de Congresos. El puerto aportaba el edificio, el Ayuntamiento facilitaba los permisos y la Generalitat asumía el coste de la reforma, que era una cantidad similar a lo pagado por la compra. A Puertos del Estado le pareció que sus empresas debían compensar a las ciudades donde están ubicadas con patrimonio, por las molestias que provocan. P. ¿Por qué no se llevó a cabo ese plan? R. Porque cuando se montó el escándalo público o periodístico, por llamarlo de alguna manera, se vinieron atrás. El alcalde dijo que el mejor sitio para el Palacio de Congresos era el Meliá, y que cuando acabara la investigación volvería a plantear esa ubicación, pero no lo ha hecho. Ha sido una falta de decisión en la defensa de las ideas. P. Ha pasado el tiempo y nadie sabe para qué sirve ese edificio. R. Yo lo tenía muy claro: palacio de congresos o cualquier otra dotación pública. El Ayuntamiento va a comprar ahora un edificio en el centro para instalar oficinas, cuando ahí tiene el Meliá, que es público. No lo entiendo. Era una donación a la ciudad para mejorar el entorno de creamos. P. El edificio está a la venta. R. Es una barbaridad que el Meliá pase a manos privadas. En todas las ciudades de España, excepto al parecer en Alicante, defienden a capa y espada los bienes públicos. Aquí no los quieren, a pesar de estar en un sitio espléndido. No tiene sentido vender porque la inversión está hecha, ese edificio no tiene apenas cargas y además porque el puerto ingresa una cantidad más que suntanciosa todos los meses por la explotación del aparcamiento. P. ¿Quién se benefició económicamente de esa operación? R. Eso ya lo ha dejado muy claro la juez. Nadie. La mayor investigación judicial que se ha hecho en esta ciudad ha sido la de esta operación, y ha quedado más que demostrado que nadie se ha enriquecido en el sentido de su pregunta. Ahí está el auto judicial. P. Sobre esta operación se ha dicho de todo. R. Hay mucho indocumentado, gente con mala fe. En algunos casos, prefiero olvidarlos, y en otros, por el desprecio que les tengo como personas, no acordarme. Pero eso no quiere decir que olvide. P. El actual presidente del puerto insiste en que se cometieron irregularidades administrativas. R. La Autoridad Portuaria ha perdido una oportunidad histórica de callar. Habla de una auditoría administrativa, cuando si hubo errores serán achacables a las personas que tenían esas responsabilidades, no a mí. Pero la mancha que se intentó tirar sobre personas los jueces la han puesto en su sitio. En los dos años de investigaciones no he intervenido para nada en el proceso, tan seguro estaba de mis colaboradores. Gente honesta. Tengo la conciencia tranquila y sabía que lo único posible era el archivo. Me parece que ahora otros no están tan tranquilos. P. ¿Cuál será su reacción? R. De momento tengo otras cosas más importantes en qué pensar. Tengo una familia, un trabajo. La mejor respuesta la ha hecho la juez en mi nombre. Insisto en que no olvido. Los acontecimientos me llevarán a actuar. Hay que esperar el momento. P. ¿Lo peor han sido las cargas personales y familiares? R. En este tiempo he tenido un problema mucho más importante, como el fallecimiento de mi mujer. El proceso ha influido a título personal. No ha sido nada agradable. P. ¿Por qué habla de persecución política? R. No me cabe otra explicación. Era un momento en que todos los gestores de instituciones públicas éramos objetivo de ataques para hundir al PSOE. Lo primero que oí después de salir del puerto es que habían detectado un agujero, y todavía no sé a qué se referían. Lo soltaron tal cual. Ya veremos qué agujero dejan ellos.

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