El Mallorca, solo contra nueve

Paunovic dinamitó el partido con un golazo y Biagini le puso la guinda. Ambos estaban calentando el banquillo y eran mudos testigos de la incapacidad ofensiva de sus compañeros para romper el catenaccio impuesto por el Alavés. En el minuto 53 se había ido, expulsado, Iván Rocha y con él todas las posibilidades del equipo visitante de sacar algo positivo en el Luis Sitjar. El conjunto de Mané acusó el mazazo de quedarse en inferioridad numérica, que luego agravó Canabal, que también fue expulsado en el minuto 75.

Paunovic y Biagini, aparte de cambiarle la cara al Mallorca, se bastaron para reivindicar una oportunidad en el equipo titular. El Mallorca ya es tercero y va ampliando sus miras a medida que transcurre la temporada.

Y todo ello a pesar de que el once de Cúper se está volviendo previsible. Sus rivales parecen haber encontrado la fórmula para neutralizar el sistema táctico. Mané no fue la excepción y dibujó en el Luis Sitjar un sistema que atascó a los rojillos, al menos, hasta la expulsión de Rocha.

El Alavés se conformó con desactivar el engranaje mallroquinista y no hurgó en las heridas quizás por su propia incapacidad ofensiva.

El técnico del Racing Genk belga, Aimé Anthueis, próximo rival del Mallorca en la Recopa, debió tomar buena nota de lo que estaba ocurriendo desde el asiento que ocupó en el Luis Sitjar. Pudo comprobar que al equipo de Cúper le molesta que le presionen y que no se siente cómodo cuando debe tomar la iniciativa. Su arma más peligrosa es la banda izquierda, donde corren Miguel Soler y Jovan Stankovic y entre ambos forzaron ocho saques de esquina en la primera mitad.

La altura de Rocha y el orden defensivo del equipo vitoriano fueron suficientes para neutralizar el ataque isleño. Sin embargo las expulsiones pasaron factura al Alavés, que se hundió de forma irremisible. Paunovic y Biagini encontraron espacios para maniobrar y el partido sufrió un vuelco notable. Ambos marcaron las diferencias.