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Virenque mantiene en un careo a tres bandas que no se ha dopado

El juez Keil exige al masajista del Festina los carnets de dopaje

El esperado careo entre el líder del Festina, Richard Virenque, el masajista que destapó el escándalo del dopaje, Willy Voet, y el médico Éric Ryckaert, que sigue en prisión, terminó entre acusaciones mutuas, amenazas, querellas ante los tribunales, historias de chantajes y amenazas de muerte, y, una vez más, una declaración de inocencia absoluta de Virenque, uno de los pocos corredores del Festina que no ha admitido haberse dopado y que concluyó acusando al masajista de traficante de drogas, según el abogado de Voet.

"No soy culpable ni sancionable, sino una víctima", dijo el corredor al salir del tribunal de Lille donde se celebró el careo. "Y por lo que respecta a la confesión que todos esperan, que si he tomado o no productos que den positivo, tengo que decir que no, que no he tomado". "Nada ha cambiado respecto a las declaraciones anteriores", añadió el corredor, que cree que no hay pruebas en su contra más allá de las acusaciones de Voet, el masajista detenido el pasado 8 de julio cargado de EPO y camino del Tour. Voet, sin embargo, lleva tiempo exhibiendo sus famosos carnets, cuadernos en que anotó durante años los protocolos seguidos en el dopaje de los corredores. El juez instructor, Patrick Keil, le pidió ayer su entrega para considerarlos pruebas, y el masajista, según su abogado y el fiscal del caso no se negó a ello.

Chantaje y amenazas

Sin embargo, el abogado de Voet, Jean-Louis Bessis, había denunciado antes del careo que su cliente era víctima de llamadas anónimas con respecto a los carnets. "Eres hombre muerto si los entregas", ha sido el mensaje. El juez, de todas formas, ya disponía del dedicado a Virenque desde julio. En él aparecen detallados los nombres de los corredores y las dosis correspondientes a cada uno. "Pero aún no hemos podido determinar de qué eran las dosis", explicó el fiscal. "Le dije al juez que habría que hablar aparte del asunto de los cuadernos, lejos de la presión inquisitorial, casi física, que ejercían Virenque y su abogado", explicó Bessis. "Fueron ellos quienes exigieron que presentara los cuadernos y es una postura suicida por su parte: las pruebas contra él son concluyentes".

El abogado del masajista añadió que iba a demandar por calumnia por decir que su defendido era un "dealer" (traficante) que se ha hecho rico con el tráfico de productos prohibidos, acusación que desmintió tajantemente Virenque.

Willy Voet ha sido el masajista personal y de confianza del corredor francés durante más de cinco años.

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