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Olano y Mauri, seguros de ganar al reloj

Los dos españoles compiten hoy con ansias de doblete en el Mundial de Ciclismo

Carlos Arribas

Sólo en una ocasión estuvo el ciclismo español la víspera de una carrera del Mundial tan convencido como ayer de que el triunfo era inevitable. Fue en 1995, el octubre colombiano de gloria. El día anterior a la contrarreloj en que Miguel Induráin y Abraham Olano lograron el primero de sus tres históricos dobletes. Evidentemente, no decepcionaron al día siguiente de que la prensa, los técnicos y los aficionados de todo el mundo les designaran favoritos únicos. Y hay la misma seguridad este año. No tanto en el doblete como en la victoria de Olano en la contrarreloj que hoy, a eso de las tres de la tarde, supondrá el primer plato fuerte de unos mundiales que culminarán el domingo con la prueba en línea. La euforia reinante, que nadie en la expedición española, ni siquiera los protagonistas, que aceptan su papel con naturalidad, parece querer deshinchar, ha influido también en que se considere hasta probable que Melcior Mauri, el otro español, ocupe la segunda plaza.Y el caso es que todo ello no está basado solamente en los buenos deseos. También la realidad (siempre dentro de los límites en que la matemática linda con el deporte) lo indica. Ausentes por distintos motivos Jan Ullrich (el rácano) y Alex Zülle (castigado por sus confesiones sobre el uso de la EPO), que son los dos mejores del mundo en la especialidad, y ausente Laurent Jalabert (el fatigado), que es el campeón del mundo de 1997, muy mal lo tendría que hacer Abraham Olano para que la cuadrilla de especialistas que sueñan con el título le superen en los 43,6 kilómetros que se correrán en el corazón de Europa, saliendo de Maastricht y pasando por el centro de congresos en que se firmó el Tratado de la Unión Europea. "Posibilidades de podio tenemos", dice Olano, a quien nunca en su carrera ha batido Mauri y que siempre ha estado por delante de sus rivales de hoy, excepto en la primera contrarreloj del Tour. Tuvo entonces un mal día y se vio superado por Ekimov. "Venimos sabiéndolo y soñando con repetir lo de Colombia". No parece español, por la confianza que muestra en sus posibilidades. Claro que cuenta con que este año ha ganado ya la contrarreloj de la Vuelta a Burgos, una en la Volta, el Campeonato de España, la de la Bicicleta Vasca, una en la Vuelta a España y el GP Eddy Merckx haciendo pareja con Txente García Acosta. Y como siempre en sus triunfos de los dos últimos años, será Eusebio Unzue, el director del Banesto, el técnico que le aconseje desde el coche.

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Mauri también le ha pedido a su director, Manolo Saiz, que le siga este año, aunque el director del ONCE, que en 1997 estuvo en el coche tras Jalabert, está acatarrado y no sabe si acudirá a Holanda. Y tampoco, por eso de la confianza en las propias fuerzas, parece español (prototipo: victimista) Mauri. "Sería una alegría estar por delante de Olano", dice el catalán que, consciente, matiza. "Bueno, quiero decir que me gustaría quedar por delante de Olano porque eso significaría que ganaba la medalla de oro y que él era plata. O sea, me gustaría ganar el Mundial, no derrotar a Olano".

Y los dos cuando hablan de los rivales lo hacen como obligados a cumplir un trámite. Por educación. Que no se diga que están tan sobrados que no saben que cualquiera puede dar la gran sorpresa y derrotarlos.

Los dos citan a los mismos especialistas: Gontchar, Peschel, Ekimov y Armstrong. Los italianos hablan de su Marco Velo; pero Olano, no. "Es que hay tantos por ahí que no los puedo citar a todos", se disculpa. No anima mucho al ciclismo este tiempo. También preocupa a los contrarrelojistas. Parte fundamental de su oficio es saber tomar las curvas. Ganar los segundos arriesgando un pelín más. Pero cuando llueve, riesgo equivale a caída. A nadie le gusta. "Esperemos que no llueva", dice Olano. El viento, que soplará en los pequeños altiplanos que coronan los repechos, no le preocupa tanto. Cuando un corredor fuerte está en forma sabe que marcará más diferencias cuanto mayores sean las dificultades. Y aun sin viento, el circuito las tiene. "Dicen que sólo son dos repechos , pero hay bastantes más", dice Olano. "La clave estará en saber llegar al cien por cien y saber vaciarse al cien por cien".

En la contrarreloj femenina disputada ayer, la holandesa Leontien van Moorsel se alzó con el triunfo. La eterna francesa Jeannie Longo, ganadora de las tres últimas ediciones, sólo pudo ser quinta.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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