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CAMPEONATOS DE EUROPA DE ATLETISMO

Fernández da una lección en marcha

El joven atleta granadino consigue la medalla de bronce en 20 kilómetros

Santiago Segurola

Un muchacho de la organización le urgió a pasar el control antidopaje, pero Paco Fernández le frenó en seco. "Cuando venga el médico de la Federación Española", lo dijo con la misma firmeza que había demostrado en la prueba de 20 kilómetros, un matahombres que dejó huella en varios atletas. Quizá por la euforia que le provocó la conquista de la medalla de bronce, quizá porque es un muchacho fuerte en todos los aspectos -"si algo me define es que soy terco y trabajador"-, Fernández parecía extrañamente fresco. Unos pasos más allá, el italiano Didoni, uno de los ases de la especialidad, estaba tirado sobre una camilla, con el gota a gota, deshidratado y roto, el precio que se paga por una prueba temible. "Bueno, sí había marchadores en Granada. Manolo Alcalde, mi entrenador, era uno de ellos", comentó Fernández, un atleta que sólo cuenta 21 años y que asegura el relevo generacional en la formidable tradición de la marcha en España. Nació y vive en Guadix (Granada), pero en los últimos meses se ha movido de lo lindo para conseguir el punto de forma necesario para afrontar el Campeonato de Europa. En las últimas semanas se ha entrenado en Font Romeu, en los Pirineos franceses, pero antes se ha dejado ver por el CAR de Sant Cugat (Barcelona) y naturalmente en Sierra Nevada, donde aprovecha los beneficios de la altitud.

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En el mundillo de la marcha, Fernández es conocido por su calidad natural. Hace dos años ganó en Sydney el Campeonato Mundial júnior y desde entonces es habitual verle entre los mejores de la especialidad. No ha entrado en la típica crisis que se genera en el salto de categoría. Ya lo dice: "Soy muy machacón". A pesar de su juventud figuraba entre los favoritos a la victoria, como el vencedor, el ruso Markov, que metió el turbo en el último kilómetro. Venía mal, por detrás de Fernández y del lituano Fadejevs, un tipo duro que había desencadenado varios ataques durante la prueba.

Nada daba a entender la victoria de Markov, que parecía descolgado. Manolo Alcalde le había dado instrucciones precisas a Paco Fernández. "Quédate en el grupo durante un buen rato, porque la carrera será lenta. No te quemes demasiado pronto". Fernández obedeció, a pesar de su carácter impulsivo. "Cuando se me pasa una idea por la cabeza, voy a por todas", reconoció tras la final. Pero esta vez estuvo tranquilo. Cuando rebobinó la prueba se lamentó de no haber atacado antes, "pero probablemente me habría fundido en los últimos kilómetros".

Precisamente el último kilómetro fue un calvario para Fernández. Todo había funcionado estupendamente hasta ese punto. Se había mantenido atento en los primeros ataques del húngaro Urbanik y no se alteró por la maniobra de otro ilustre, el ruso Shchennikov, que aceleró y rompió el grupo. Los rivales del marchador español serían otros, el belicoso Fadejevs y el ruso Markov.

Una nueva aceleración de Fernández definió las posiciones. "Thank you" ("gracias"), le dijo Fadejevs en la llegada. Aquel ataque fue decisivo para decidir las medallas, aunque no en el orden que había previsto Fernández. Fadejevs resistió y se pegó al asfalto con terquedad. Markov cedió varios metros y se le dio por entregado, pero las cosas cambiaron de manera radical a dos kilómetros de la llegada. Fadejevs apreció los primeros síntomas de fatiga en el español y comenzó a abrir una brecha que sería definitiva.

"Fue una pena, porque me veía ganador", confesó Fernández, que se vio sobrepasado rápidamente por Markov. "No lo esperaba, pero yo iba mal". Le delataba su interés en mirar hacia atrás, hacia el alemán Erm, que podía representar una amenaza para la medalla. Sin embargo, Erm estaba peor que Fernández. El tercer puesto estaba asegurado. El primero, no.

Markov recortó la diferencia con Fadejevs en apenas 200 metros. En el túnel del estadio le sobrepasó. En la pista le sacó 50 metros. Aunque parezca mentira, en la marcha también hay un atleta con turbo: Markov. Y otro que está en camino de proseguir con la espectacular trayectoria de los marchadores españoles. Es Paco Fernández y tiene el futuro de su lado.

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