Señores presidentes
Después de haber visto las lágrimas, tal vez de cocodrilo, de Clinton en el entierro de los americanos muertos en las embajadas de las capitales de Kenia y Tanzania, no he podido evitar recordar el día en el que hizo sus primeras declaraciones tras el atentado. Estaba cercano el aniversario del bombardeo americano sobre Hiroshima y Nagasaki con unas armas nucleares que aniquilaron a la población de ambas ciudades en pocos minutos. Clinton calificó de "cobarde" e "inhumano" el atentado con bomba contra su embajada. Me gustaría que estos muertos que tanto les duelen sirvan para demostrar a este presidente y a los que vengan que las víctimas civiles en las acciones indiscriminadas no son un componente de la estadística. ¿Acción cobarde? Señores presidentes, ojalá lo hubiesen tenido siempre tan claro.- .