_
_
_
_

Los afectados de las zonas agrarias intentan rehacer sus vidas tras el fuego

Tras tres días de incendio, quedan caras de sueño y desolación entre los propietarios de las masías, que han visto cómo las llamas les robaban uno de sus principales bienes, el paisaje, por el que tanto han luchado durante años -y estos días- hasta extenuarse. Para muchos de los vecinos de estas zonas agrícolas, ayer era el día después. Era el momento de trabajar para reponer lo básico: el agua, el teléfono, la electricidad. Pero también para reorientar la vida.

Los payeses explicaban ayer con dolor la sensación de soledad y abandono ante el fuego devorador del día anterior. Josep Maria Comas, vecino de la Pobla (Pinós), se quejaba de que los bomberos que se desplazaron a la zona para apagar el fuego "no tenían conocimiento del comportamiento del incendio forestal porque eran de ciudad, y más que colaborar ponían obstáculos". Comas, quien asegura "que ahora queda lo peor", afirma: "Nos costará muchos años recuperarnos". A pesar de la gran magnitud del incendio, prácticamente no han habido desgracias personales,y las casas que han ardido son escasas. La seguridad de las personas y el intento de salvar las casas de payés fueron unos de los objetivos que se marcaron todas las autoridades, una vez constatado que el incendio les había sobrepasado. Durante la mañana de ayer aún se tuvo que trabajar con intensidad en algunos puntos: Torà, Castellfollit de Riubregós, Solsona y Clariana -en la zona del vertedero comarcal-. Evitar rebrotes La Dirección General de Emergencia y Seguridad Civil de la Generalitat indicaba que la labor se centraba en intentar que el incendio no se reactivará de nuevo en ninguno de los múltiples puntos de riesgo que habían quedado en la inmensa área afectada. Ayer, de hecho, hidroaviones, avionetas y helicópteros estuvieron interviniendo básicamente en las zonas de Hortoneda (al sur de Solsona) y Torregassa (al norte de la misma ciudad), así como en las proximidades de Torà (Segarra) y en la zona de Boixadors, al oeste de la Sierra de Castelltallat (entre las comarcas del Bages y el Anoia). Pero cuando eran informados de que se reproducía un foco, aparecían inmediatamente varias avionetas de ataque o helicópteros bombarderos con el fin de descargar agua y sofocar el conato. Durante la noche del lunes al martes se atacaron y redujeron diversos frentes, sobre todo el de Salo, en la parte sudeste del perímetro del incendio, y los dos frentes de la parte norte de Solsona, que avanzaban en dirección a la Noguera, y el que lo hacía en dirección al Alt Urgell. A primera hora de la mañana, aún se vivía una situación complicada en la zona de Torà, donde la noche del lunes se vivieron escenas de pánico al comprobar el avance de las llamas. Éstas han desaparecido de los bosques del Bages y del Solsonès, pero han dejado una profunda secuela: 27.000 hectáreas de bosques y campos arrasados por el incendio, familias enteras que han perdido sus casas y algunos ganados, así como una postal desoladora de árboles quemados que huelen a humo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_