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FÚTBOL 36ª JORNADA

Correa logra el gol 50.000 de la Liga

A base de coraje y pundonor, de dejar la piel en el campo, el Racing logró empatar en el último suspiro. Cuando todo estaba perdido, surgió la bota oportuna de Fernando Correa, el jugador uruguayo aprovechó un despeje corto de Soldevilla y batió de forma inapelable a Toni, en medio del delirio del público. Era el gol número 15 del extraordinario jugador uruguayo y el 50.000 de la Liga. Fue un gol que obró el efecto de liberar tensiones y despejar el futuro del Racing, que elude de forma matemática el descenso directo.El cuadro de Nando Yosu no perdió en ningún momento la fe en sí mismo, a pesar de que se estrelló una y mil veces contra la férrea defensa espanyolista. El preparador cántabro revisó su discurso nada más comenzar la segunda mitad. En un sano ejercicio de autocrítica, decidió curar de alguna manera la anemia ofensiva de su equipo. Dio entrada al delantero Alberto, en sustitución de Nacho Conte, y jugó descaradamente al ataque, con tres puntas.

Racing: Ceballos; Sánchez Jara (Arpón, m

73), Diego López (Tais, m. 59), Merino, Txema, Sietes; Conte (Alberto, m. 45), Guerrero, Javi López; Correa y Bestchasnykh.Espanyol: Toni; Roberto, Pacheta, Soldevilla, Torres Mestre (Milosevic, m. 48), Galca (Morales, m. 75), Sergio; Luis Zambrano, Benítez (Javi, m. 70), Pralija y Arteaga. Goles: 0-1. M. 10. Centro de Arteaga desde la banda izquierda, Benítez toca hacia atrás a Luis Zambrano, que bate de tiro cruzado a Ceballos. 1-1. M. 90. Correa aprovecha un semifallo de Soldevilla y bate por bajo a Toni. Árbitro: Pérez Lasa. Amonestó a Txema, Sergio, Soldevilla y Toni. Unos 23.000 espectadores en El Sardinero.

La decisión arriesgada de Yosu era un reconocimiento implícito del fracaso táctico de su equipo en la primera mitad. En ese meriodo, el Espanyol fue netamente superior a su rival. Solamente un hombre, Moisés Arteaga, fue medio equipo. Desde la banda izquierda creó numerosas ocasiones de gol. Y en posiciones de centrocampista movió a sus jugadores y descolocó y puso nerviosos a sus rivales. Precisamente, en su banda, nació el gol espanyolista.

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