Dimite el director de Interior para evitar el derribo de la obra ilegal de su chalé

José López Garrido, director general de Interior de la Comunidad Valenciana, anunció ayer su dimisión para poder ejercer sus derechos ciudadanos, por vía judicial, en un intento de evitar la demolición de la obra ilegal de su chalé, acordada ayer mismo por el Ayuntamiento de Alicante. López Garrido amplió su vivienda, sita en la partida de El Moralet, sin licencia municipal, vulnerando las normas urbanísticas de la ciudad y haciendo caso omiso de una orden municipal de paralización de los trabajos que le llegó apenas iniciada la obra.

La comisión municipal de Gobierno, integrada sólo por concejales del PP, avaló el dictamen del jefe del departamento de Obras Particulares, que proponía denegar la licencia de obra solicitada por la esposa de López Garrido para legalizar una ampliación ya ejecutada. Acto seguido, el concejal de Urbanismo ordenó la redacción del correspondiente decreto de demolición, que será comunicado al ex director general con la advertencia de que dispone de un mes para derribar la obra. El propio alcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi, anunció la decisión y remarcó que se había aplicado "escrupulosamente" la legalidad vigente (la obra es ilegal y debe ser demolida), aunque no escatimó elogios hacia López Garrido, al que situó en el papel de "víctima de las circunstancias", dado que su chalé está fuera de ordenación "como otros cientos de casos" en la misma zona. López Garrido presentará un contencioso-administrativo contra la orden de demolición. Su dimisión confirma que apuesta por su chalé frente al cargo. El objetivo es ganar tiempo para evitar el derribo, ya que solicitará a los jueces la suspensión cautelar de la orden hasta que se resuelva el contencioso, lo que puede durar hasta dos años, tiempo suficiente para que el Ayuntamiento modifique su planeamiento urbanístico y regularice la situación alegal o ilegal de cientos de construcciones hoy en situación similar, lo que posibilitaría a López Garrido mantener intacto su chalé. "Está en su derecho de recurrir, es legítimo, y demuestra que ha actuado con una dignidad encomiable y una responsabilidad digna de elogio", declaró Díaz Alperi, que confirmó la intención de su equipo de iniciar los trámites para modificar el ordenamiento urbano del municipio. "Ojalá se actuara siempre de la misma forma", añadió. Para el alcalde y otros dirigentes de su partido, que ayer alabaron al dimisionario, "el único pecado que ha cometido López Garrido es ser miembro del PP en el gobierno". Díaz Alperi dejó claro que su equipo ha resuelto el caso "cuando lo hemos creído conveniente, y no por presiones", y confesó que le había costado tomar la decisión "porque creo que es una injusticia, aunque como político y como alcalde la tenía que tomar, y la he tomado". López Garrido explicará hoy su decisión. Ayer se limitó a puntualizar que dimitía "porque no vale la pena que un tema menor entorpezca el proyecto del PP en la Comunidad Valenciana". La oposición celebró la orden de demolición, y exigió al alcalde que aplique a López Garrido, además, la sanción correspondiente por vulnerar la normativa. Todos los portavoces criticaron que el alcalde calificara de "injusticia" la resolución de una ilegalidad. La portavoz socialista, María Ángeles Palmer, ante los elogios que el PP dedicó al ex director general, dijo que le parecía que López Garrido había actuado con una "chulería política inadmisible".