El Sporting consuma su descenso

El Sporting y el Mérida batieron un dificil récord en El Molinón. DifÍcil es que un partido esta temporada en el campo gijonés pueda ser calificado como el peor visto en mucho tiempo. El Sporting los ha jugado horrorosos, pero del rival de turno siempre quedó algún poso medianamente presentable. Ayer, el Mérida fue tan malo como el colista, que ayer consumó su descenso. Los dos ofrecieron un espectáculo para detestar.

Realmente de Primera División sólo hubo dos lances, ambos en los últimos minutos. A 11 del final, Nikiforov pateó un golpe franco desde unos 25 metros y Montoya mandó el balón a córner cuando se le colaba por la escuadra. Ocho minutos después fue Sinval quien imitó al ruso, buscó la escuadra de Juanjo desde casi 30 metros y la manopla del portero sportinguista evitó el gol.

Todo lo demás fue un bostezo continuo. El Sporting, retratándose a sí mismo como colista desahuciado, se estrelló en sus errores garrafales y el Mérida, cuando quiso tomar el mando y tratar de llevarse el partido, dejó muy claro que no está para grandes empresas, ni siquiera para ganar donde han ganado casi todos en esta Liga. El retrato del Sporting también fue un fallo de Kaiku en el área pequeña, en el minuto 11. Lo tenía todo a su favor e hizo lo difícil: estrelló el balón en el cuerpo del sorprendido Montoya.

En los últimos minutos la hinchada gijonesa se puso del lado del Mérida, pero el equido de D'Alessandro no fue capaz de dar una alegría a los enfadados seguidores sportinguistas.