Vivienda: ¿alquileres?
Mala política es, en sí misma, y por sus consecuencias, la de atacar con leyes o modificaciones de leyes cada vez más duras a los usuarios de viviendas y demás inmuebles en alquiler, lo que conviene recordar ahora que se anuncian nuevas preocupantes vueltas de tuerca contra ellos, que es el sector social de menos nivel económico.Ya de suyo, el sistema y las estructuras en que nos desenvolvemos impelen a tratar de acceder a la propiedad y a ponerse a salvo de los inconvenientes, riesgos, cambios legislativos e incertidumbres que penden sobre el inquilinato, lo cual se fuerza tanto más cuanto más se legisla contra los alquilados.
¿Por qué cuestan tanto dinero las viviendas? Porque los ciudadanos están dispuestos a pagar altos precios por tener un hogar propio y no vivir de alquiler. ¿Y por qué las viviendas son más y más caras cuanto peores son las leyes para los inquilinos? Pues, obviamente, por lo mismo. Bien lo hemos visto en España en estos últimos 12 años, desde el decreto Boyer. Con otra grave consecuencia añadida a todo ello: que las administraciones públicas no dan abasto a atender, con el dinero de los contribuyentes, la fuerte demanda de viviendas sociales que generan la especulación, la carestía y el imperio del desahucio en el sector privado. A éste hay que apoyarle con adecuadas ayudas fiscales, financieras y urbanísticas, pero sin destrozar los derechos de los usuarios, como se está haciendo.-