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CRISIS EN ASIA

El Gobierno japonés intenta detener la crisis financiera con la promesa de ayudas públicas

El Gobierno japonés intentó ayer dar un paso hacia la resolución de la crisis de confianza que atraviesa su economía al indicar el primer ministro, Ryutaro Hashimoto, que el Gabinete estudia el empleo de fondos públicos para frenar el deterioro del sistema financiero y de grupos empresariales claves de su economía. Yamaichi Securities la agencia de inversiones quebrada, empezó ayer a pagar a sus clientes, gracias a un crédito oficial, pero para tapar su agujero deberá liquidar el capital.Tras el anuncio de la quiebra voluntaria de Yamaichi, la cuarta agencia de inversiones de Japón, la Bolsa de Tokio abrió a la baja (cayó un 5,1%, el segundo retroceso más importante del año) ante el temor de que la desaparición de esta empresa centenaria lleve a otras en crisis a anunciar el cierre. El yen, a su vez, cayó hasta los 128 por dólar, su nivel más bajo desde hace más de cinco años.

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Hasta ahora, el Estado japonés se había negado a intervenir para salvar instituciones en peligro y se había limitando a garantizar el reembolso a los depositantes y ahorradores afectados por las quiebras. Russel Jones, economista jefe de Lehman Brothers, estima que el salvamento de las instituciones financieras japonesas puede costar a los contribuyentes un mínimo de 125.000 millones de dólares (18,37 billones de pesetas), es decir, un 3% del producto interior bruto del país, informa desde Hong Kong Valérie Brunschwig. [Ayer mismo, la prensa local anunciaba la próxima quiebra del Tokuyo City Bank Ltd., un banco japonés regional con base en la ciudad de Senda¡, en el norte del país, según France Presse.]

El primer ministro nipón, Ryutaro Hashimoto, y el ministro de Finanzas, Hiroshi Mitsuzuka, in tentaron inyectar optimismo en los atentos agentes económicos desde primera hora del martes, al asegurar que la desaparición de Yamaichi es un caso aislado y que Japón está preparado para esta crisis y otras de más envergadura

Ambos subrayaron que la economía nipona cuenta con la mayor reserva de divisas del mundo, más de 225.000 millones de dólares, unos 33 billones de pesetas que no tiene deuda exterior acumulada y que su balanza comercial es positiva con la mayoría de los países. Además, Japón cuenta con más de 110.000 millones de dólares invertidos en bonos estadounidenses (más de 16 billones de pesetas).

El primer movimiento tranquilizador fue el préstamo de 800.000 millones de yenes (casi 955.000 millones de pesetas) por el Banco de Japón a Yamaichi para hacer frente a la masiva retirada de fondos que comenzó a primera hora del martes. Aunque algunos esperaban escenas de pánico, los inversores- particulares no encontraron mayores obstáculos en las 117 oficinas de Yamaichi para recuperar sus capitales, estimados en total en 24 billones de yenes (unos 28,5 billones de pesetas).

El Ministerio de Finanzas ha ordenado que Yamaichi suspenda sus operaciones de contratación, pero permite la devolución de acciones y bonos en depósito, lo que ha evitado cualquier escena de dramatismo. Las deudas ocultas descubiertas por las autoridades financieras en Yamaichi, un gigante con pies de barro, oscilan entre 230.000 y 260.000 millones de yenes (entre 272.000 y 308.000 millones de pesetas) y quedarán cubiertas con los 430.000 millones de yenes (509.000 millones de pesetas) en los que está valorado su capital.

Incógnita dolorosa

La dolorosa incógnita que permanece abierta y para la que no hay una solución inmediata es el despido de más de 7.500 trabajadores que implica el cierre de Yamaichi, cifra que llegaría a más de 11.000 personas si sus filiales resultan afectadas. Para estos trabajadores la liquidación significa abandonar la única empresa en la que han trabajado.También en la misma jornada tres ejecutivos de Nomura Securities, otra casa de valores que está siendo investigada por las autoridades por violar el Código de Comercio y la Ley de Cambios y Bolsa nipona, se declararon culpables de las imputaciones que les responsabilizan del pago de 369 millones de yenes (426 millones de pesetas) a Ryuichi Koike, un extorsionador profesional (sokaiya) implicado en varios escándalos.

Con la detención del extorsionador han ido saliendo a la luz a lo largo del año escándalos que afectaron a Nikko, Daiwa, la propia Yamaichi y el banco DaiIchi Kangyo. La confesión de los ex directivos de Nomura se contagió a la Bolsa, donde sus acciones cayeron 50 puntos hasta los 1.440 yenes.

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