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La Complutense ofrece dos teléfonos para denunciar las novatadas en colegios mayores

La vicerrectora de alumnos de la Universidad Complutense, María Teresa Fernández-Pacheco, ha remitido una circular a los directores de todos los colegios mayores en la que les solicita "colaboración y ayuda" en la lucha contra las novatadas y ofrece dos teléfonos para denunciarlas. En los tablones de anuncios de estos centros se les advierte a los colegiales que las bromas vejatorias "están terminantemente prohibidas" y supondrán la expulsión fulminante del colegio. Todo ello no ha sido suficiente para acabar con las novatadas, según algunas víctimas.

Un muchacho de 19 años, que quiso mantener el anonimato ante el terror que le inspiran las represalias de los veteranos, confesó esta semana pasada a uno de sus profesores el calvario por el que estaba pasando en el colegio mayor Barberán. Según su relato, los colegiales más antiguos le introdujeron la cabeza en un retrete, "hasta tocar el agua con la boca", y le obligaron a repetir: "Soy una mierda, soy una mierda". Semejantes vejaciones se repiten, según esta denuncia, con la excusa de que los nuevos "deben hacerse hombres".Javier Sáenz de Cenzano, director del Barberán, aseguró no tener conocimiento de estos hechos, pero reiteró su disposición a "poner en la calle, sin más historias", a los autores de estos supuestos abusos. "Yo tengo abierta la puerta de mi despacho. Que la víctima o víctimas levanten la cabeza y hablen, porque no pueden ir por el mundo atenazados por el miedo", exclamó. El Barberán es un centro para hijos de militares del Ejército del Aire, que disponen de medias becas.

J., el profesor que sirvió de confesor para este alumno, un catedrático de primer curso responsable de ordenación académica, se mostró ayer "indignado" por estos episodios. "Vivía en el limbo. Creía que estas cosas ya no sucedían, pero están muy extendidas", subrayó.

Este catedrático accedió a detallar algunas de las "bienvenidas" que, según sus pesquisas, se encuentran este año en boga en distintos colegios mayores. "Unos enseñan al nuevo colegial un condón con yogur en su interior. Al chaval le maniatan y le obligan a tragar el contenido del preservativo, haciéndole creer, claro, que se trata de otra cosa bien distinta", relató. Y abundó: "En otros casos, les hacen reptar en pistas deportivas, simulando que nadan, mientras les echan cubos de agua. Les obligan a subir al altillo de las habitaciones y dar las horas abriendo y cerrando la puerta, como los cucos. También les sacan a la calle en fila, como si hicieran instrucción, pero obligándoles a juntarse hasta que noten en sus nalgas los testículos del de detrás".

Noveles, pero comprensivos

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En el caso del colegio mayor Loyola, su director, Francisco Javier Bermejo, abrió en octubre un expediente informativo a cinco colegiales por su supuesta participación en bromas de mal gusto. En concreto, Bermejo sospecha que estos jóvenes obligaban a los novatos a hacerles recados: subirles bocadillos y bebidas a la habitación, incluso a horas intempestivas, por ejemplo. "Sin embargo, ellos niegan las acusaciones y no ha aparecido ningún chaval ni padre que denuncie abiertamente los hechos. Quizá haya sucedido, pero es difícil verificarlo, a menos que esté vigilando las 24 horas del día", se excusó.Y no sólo eso. Bermejo ha recibido una carta firmada por una decena de estudiantes noveles "en la que se muestran comprensivos con los veteranos y se minimiza la gravedad de las novatadas". El director reconoce: "Muchos creen que, no sobrepasando ciertos límites, estos hechos no son graves; incluso piensan que ya les tocará a ellos hacer esas mismas novatadas".

Ante este panorama, la vicerrectora Fernández-Pacheco ha ordenado colocar en todos los tablones de los colegios mayores una enérgica circular en la que se prohíben "terminantemente" las novatadas, ya sean "en el recinto del colegio o en los alrededores"; se avisa a los culpables que serán expulsados, "sin perjuicio de las acciones legales que puedan derivarse", y se facilitan dos números de teléfono para denunciar actos vejatorios: 394 12 70 y 394 12 68. "Si cualquiera quiere denunciar, le ayudaremos", insistió.

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