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FÚTBOL: SÉPTIMA JORNADA DE LIGA

Reparto de tristeza en Zorrilla

Un desastre. El partido entre el Valladolid y el Sporting nació y murió marcado por la tristeza con la que a los dos equipos les ha señalado el inicio de la temporada. Los dos, fofos, sosos, doblegados por los cambios de entrenador, la escasez de recursos ofensivos y la necesidad asfixiante de puntuar. La cosecha de fútbol fue tan mediocre ayer en Zorrilla que dos golpes de fortuna tuvieron que ser los encargados de resolver las dudas que mueven la existencia de los grupos de Kresic y Maceda.

Al Valladolid le costó casi media hora caer en la cuenta de que la táctica del Sporting era que no tenía táctica, que sólo valía defenderse por amontonamiento y que sus pretensiones ofensivas quedaban fiadas a un golpe de la casualidad. Como Ablanedo ponía cara de frontón para detenerlo todo, al Valladolid, la táctica del asedio constante no le dio resultado.

El Sporting probó fortuna con el ataque en la segunda mitad. La situación pendía de un golpe de timón que llegó con el penalti que transformó Lediakhov. Al Valladolid se le puso cara de póquer. Pero Ablanedo y Bango dejaron de entenderse en el minuto 90, y en el último centro desde la derecha, Julio César repartió con su gol la tristeza a partes iguales.

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