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Montserrat Caballé, en órbita

Los astronautas de la 'Mir' escucharon el concierto de la soprano española en la víspera de su paseo espacial de hoy

Montserrat Caballé seguramente no se lo imaginaba: ayer tuvo como auditorio no sólo a los asistentes a la Gran Sala del Conservatorio de Moscú, sino también a los tripulantes de la estación Mir, que giran a 400 kilómetros de altura alrededor de nuestro planeta. Los rusos Anatoli Soloviov y Pável Vinográdov y el británico-estadounidense Michael Foale pudieron escuchar durante un enlace en directo con la principal sala de conciertos de la capital rusa a la Caballé, que ayer cantó con su hija Montserrat Martí.Los astronautas, que ayer se dedicaron principalmente a descansar en vísperas del paseo espacial que realizarán hoy de madrugada, tuvieron una sesión de 15 minutos en directo con el Conservatorio de Moscú, durante el entreacto, y pudieron deleitarse con la interpretación que la Caballé y su hija, acompañadas por la Orquesta Sinfónica de los Niños del Mundo y por el coro infantil de la Academia Coral de Moscú, hicieron de la Oración universal, una obra del compositor griego de pop Vangelis especialmente encargada para la ocasión.

El enlace espacial no fue lo único que distinguió al concierto de ayer. Otra sorpresa la constituyó el hecho de que en el concierto de ambas Montserrat niños minusválidos de gran talento musical, provenientes de una media docena de países, tuvieron la oportunidad de interpretar. Para estos niños fue un honor y una verdadera fiesta el poder tocar en un concierto en el que cantaba una soprano tan famosa como la Caballé, como dijo Liza Ríbentseva, una minusválida violinista de 11 años de edad. La idea y la organización de este singular evento pertenecen al Centro del Arte de la Música Clásica, el mismo que trajo a Caballé en anteriores actuaciones.

La Caballé y su hija Montserrat Martí cantaron piezas de Barbieri, Bizet, Caballero, Haendel, Mercadante, Morlacchi, Nanello, Pacini, Pergolesi, Saint-Saens y Scarlati. El dinero recolectado gracias a la venta de entradas -la más barata costaba 23.000 pesetas- irá en favor de los niños minusválidos. Cabe señalar que ésta es la tercera vez que Montserrat Caballé actúa en la capital rusa en conciertos de beneficencia: en 1989 cantó para ayudar a las víctimas del terremoto ocurrido en Armenia, y el año pasado, para ayudar a la restauración de los teatros Bolshói, de Moscú, y Mariinski (Kírov) de San Petersburgo.

Después de escuchar la Oración universal, los astronautas se fueron a dormir, pero sólo por tres horas: cerca de las diez y media de la noche, hora de Moscú (las ocho y media en España) se despertaron para comenzar a prepararse para el paseo espacial, que estaba previsto para la madrugada de hoy. El comandante Soloviov y el astrofisico Foale saldrán al vacío, mientras el ingeniero Vinográdov permanecerá en la estación vigilando que todo funcione bien y filmando a sus compañeros. Soloviov y Foale abandonarán la Mir a través del módulo Kvant-2 e inspeccionarán el casco del Spektr. Los cosmonautas buscarán el o los agujeros que le hizo al módulo la nave de carga Progress M-34 el 25 de junio pasado. Durante el choque, la nave de carga dio siete tumbos en la carrocería del Spektr, por lo que puede haber un máximo de siete agujeros, cuya superficie total no debe sobrepasar los tres centímetros cuadrados. Así lo han calculado los especialistas tomando en cuenta la velocidad a la que se despresurizó el módulo y su volumen.

Además de esta importantísima inspección, los astronautas deberán orientar los paneles solares del Spektr hacia el Sol. Hace dos semanas, Vinográdov y Soloviov reconectaron los cables que iban de los paneles solares del módulo al resto de la estación, gracias a lo cual recuperaron parte de la energía eléctrica de la Mir. Sin embargo, el motor que los orienta al Sol no funcionó y por eso ahora deberán hacer manualmente esta operación, que durará una hora.

En las seis horas que durará el paseo, la estación dará cuatro vueltas alrededor de la Tierra, sin que los astronautas sientan ninguna resistencia en el vacío espacial ni, gracias al traje especial Orlán (Aguila), los grandes cambios de temperatura. Ésta variará de cientos de grados so bre cero -cuando la Mir esté iluminada por el Sol-, hasta cerca de 100 grados bajo cero, cuando pase por la zona oscura.

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