Dos homosexuales demandan a Iberia ante tribunales europeos
Denegados 15 días de permiso por boda tras inscribirse en el Registro de Parejas
Juan Tomás García Andrés está empeñado en que acabe la discriminación a la que se siente sometido en Iberia -donde trabaja como auxiliar de vuelo- por su relación con su compañero sentimental, Antonio César Otero Campaña. Si el año pasado acudió a Estrasburgo, ahora ha presentado una demanda ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra, y va a acudir al Tribunal de Justicia de la Unión Europea. A la inicial reclamación por negarle los tres billetes gratis anuales para el cónyuge, añade ahora que se le ha denegado el permiso de boda.
García Andrés y Otero Campaña -ambos de 30 años- forman pareja desde hace casi siete anos y no comprenden la obstinación de Iberia en negarles la equiparación con los matrimonios, a pesar de que constituyen una unidad familiar idéntica, con la única diferencia de su orientación sexual. García Andrés, quien prefiere que se le defina como gay porque entiende que esa palabra identifica al homosexual concienciado y dispuesto a luchar, se encuentra "decepcionado", porque ve "que otras instituciones y empresas, sin necesidad de acudir a los tribunales, conceden derechos a las parejas de hecho"
Esposa de Blair
Se refiere a Telefónica, Renfe, la Seguridad Social, la Comunidad de Madrid y algunas compañías aéreas. Aunque no tienen recogidos estos derechos en convenio los conceden. En cambio, Iberia, que sí reconoce una serie de beneficios para los empleados o sus parejas, insiste en no concederlos cuando se trata de un gay o lesbiana en convivencia marital.A García Andrés esta actitud le produce "sensación de impotencia" y, aunque dispuesto a seguir luchando por una causa que cree justa, se queja: "Es insultante para los trabajadores de Iberia y un desprecio a las libertades". La vieja reclamación de tres billetes anuales gratuitos para su compañero, agotó la vía judicial española y originó en septiembre de 1996 una demanda ante la justicia de Estrasburgo, dependiente del Consejo de Europa. Ahora se ha revitalizado con la presentación de una queja similar de la lesbiana Lisa Grant, trabajadora de los ferrocarriles británicos, a quien se ha denegado un pase para su pareja. Su defensa la asume la. abogada Cherie Boot, esposa del primer ministro británico Toni Blair.
Emilio Ginés Santidrián, letrado de García Andrés, se apresuró el viernes último a ponerse en contacto con su colega para coordinar las acciones jurídicas. Ginés explica que se ha considerado oportuno retirar la demanda presentada el año pasado ante la jurisdicción de Estrasburgo, "a la vista de la más reciente jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que nos produce desconfianza", dice, "porque en materia de equiparación de las parejas homosexuales se trata de una jurisprudencia conservadora, que nos ha obligado a buscar nuevas vías en el derecho internacional, ante órganos más sensibilizados a estos problemas".
La nueva demanda ante el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra denuncia la discriminación de beneficios laborales a parejas de hecho homosexuales por parte de Iberia, concretamente la denegación de billetes gratuitos, que sí se ha concedido a parejas de hecho heterosexuales.
Solidaridad
García Andrés planteó el 30 de junio último otra reclamación. Invocó de nuevo el convenio para los auxiliares de vuelo y solicitó 15 días de licencia retribuída del 1 al 15 de agosto próximo, tras inscribirse con su compañero el 31 de julio, como tiene previsto, en el Registro de Parejas de Hecho de Madrid, acto que considera análogo a contraer matrimonio civil, situación a la que no puede optar por ser su pareja del mismo sexo.Aunque García Andrés invocó antecedentes jurídicos y de otras empresas, la respuesta que recibió al día siguiente fue negativa y fundamentada en que la inscripción en el registro de parejas "no tiene consideración de matrimonio".
La nueva discriminación se ha denunciado ante los juzgados de lo Social y se Planteará una cuestión prejudicial para que se pronuncie el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. A García Andrés no le importa lucha como punta de lanza que beneficiará a otros que vienen detrás. Confiesa que cuenta con "la solidaridad moral de los compañeros de trabajo, pero nada más". Es suficiente, porque está decidido a decir "¡basta!".
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