¡AVE cadáver!, Casa Mingo y Latores, a la orden del día
Cómo se palpa y se sufre viajando en el AVE Madrid-Sevilla y viceversa, el tren más tecnológico, moderno y rápido de España caduca víctima del asalto de la filoxera antiprogreso que son los teléfonos móviles cuando se abusa de sus posibilidades mágicas, esto es, cuando caen en manos de zopencos tirando a analfabetos integrales carentes de la norma más elemental de la democracia: el respeto a los demás. Fue mi viaje de la última semana el que me hundió en el desconsuelo: mi vecino, sólo arrancar el AVE de la estación de Atocha, se desmadró, sacó su aparato/desafío y, durante tiempo incontable, salmodió su ciencia para provecho de su interlocutor y para martirio de todo el género humano, presente o ausente... Conversación: "Oye, que quiero decirte que voy a estar allí, y que si quieres pasar pues allí me tienes (¿qué respondió el interlocutor?). El vecino arremetió de nuevo: "Mira, tú ya sabes, yo estoy allí y si quieres vienes a verme, estoy a tu disposición" (¿y quién sabrá del comportamiento intelectual y oral del interlocutor?). El desafio del vecino no cejó, pero yo, ya me había anegado en el horror con los "tirriiiiiin-tirrinnn-tirriiiin" de los teléfonos móviles del vagón del AVE. Todos mis planes de reflexión o de juerga íntima y trabajo fueron devorados por la tecnología punta hecha añicos por los prostitutos científicos de finales de siglo. Antes las dictaduras eran el vómito criminal de prepotentes enloquecidos; las dictaduras, ahora, matarán a cualquier hora del día con guante blanco. ¡Ojo!De vuelta a Madrid nos reintegramos al progreso más tecnológico y perenne: hace más de ochenta años que Casa Mingo (teléfono 547 79 18), a la vera de la ermita de San Antonio de la Florida, todos los días del año, sirve una ración exquisita de empanada, un chorizo a la sidra, un pollo recién asado, entero, una botella de sidra natural y, todo, por algo menos de 2.000 pesetas. Existen otras combinaciones con tortilla, lacón, callos, quesos, pero siempre al precio tecnológico de honradez y de un mínimo de formas.
Un salto hacia el norte de España, a la cada vez más bella Oviedo; en cinco minutos de taxi está uno en Latores, pueblín de nacimiento de Sabino Fernández Campos, conde de Latores, ex jefe de la Casa Real; y en la cresta del alto se divisa sin error el restaurante-sidrería Latores (teléfono 98 / 527 57 72): fabada y pote asturianos inimitables, y cien degustaciones más de la generosa Asturias que encarna con todo el talento, de la tecnología no averiada, José Luis Álvarez Almeida. También en la periferia ovetense, La Gruta (teléfono 98 1523 24 50), ya en Oviedo, sidrería de rumbo y restaurante, que ilustra el estómago, el alma y el saber del cliente por 3.000 pesetas y por la mitad también.
No hay que moverse de este escenario de la regenta-Aitana Sánchez Gijón y del magistral-Carmelo Gómez en La Regenta, filmada en Peñalba (teléfono 98 / 52125 48): hay que rizar el rizo de la vida y cerrar los ojos para acariciar la boca con una muestra de los bombones más celebrados del mundo. En la sidrería Marchica (98 / 522 35 29) se siente uno en el culín de la fama de esta institución, que ofrece los mejores mariscos y tapas del día sin amenazas de móviles de los nuevos ricos de la comunicación.
