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Las 'conquistas sociales'

Joaquín Estefanía

Una de las intervenciones más sugestivas del vicepresidente del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, en la madrugada del pasado viernes en el programa El larguero, de la SER, fue su convicción de que el fútbol televisado en abierto los sábados y los lunes es una conquista social y que "todas las conquistas sociales se suelen mantener". Ello demuestra una sensibilidad social del Ejecutivo que deseábamos apreciar tras casi diez meses de estar en el poder, y que no conocíamos en toda su magnitud.Sin duda no habrán pasado inadvertidas estas declaraciones en tantos colectivos que tienen por delante difíciles negociaciones en aspectos puede que más significativos -es discutible- que el fútbol para la vida cotidiana: por ejemplo, los sindicatos, con una reforma laboral centrada en la estabilidad del empleo y el coste del despido; los futuros pensionistas, que esperan con curiosidad los próximos desarrollos del Pacto de Toledo; los parados con derecho al seguro de desempleo, los beneficiarios de la sanidad pública y los productos farmacéuticos, incluso los alumnos de la educación pública; los funcionarios afectados por una continua pérdida del poder adquisitivo, etcétera.

Para ellos se han despejado bastantes incertidumbres tras el compromiso del vicepresidente. También habrán tomado buena nota del debate radiado los liberales del PP, aquellos trasnochados partidarios de la flexibilidad para ajustar la economía del país, o de una empresa, a los ciclos del mercado: son prioritarias las conquistas sociales respecto a esos principios, como han defendido durante tres cuartos de siglo los leninistas más radicales. El equipo económico del Gobierno, con Rodrigo Rato a la cabeza, quizá debiera cambiar alguna de sus previsiones a partir de ahora'

Los ciudadanos españoles debemos saludar esta filosofía, oscurecida intencionadamente por los medios de comunicación no adictos al régimen, porque con la misma estaremos bien pertrechados en la Unión Europea, ya que al menos habrá un Ejecutivo, el español, que tendrá en cuenta los derechos cívicos y sociales de los europeos, hasta ahora en segundo plano. La Comisión Europea, preocupada por la escasa atención que el Tratado de Maastricht concede a estos derechos, creó un comité de sabios cuyo objetivo era elaborar un informe titulado Por una Europa de los derechos cívicos y sociales.

Este documento, que será debatido en la segunda quincena de este mes en Madrid, propone aspectos tales como "culminar, con motivo de la próxima Conferencia Intergubernamental, una primera etapa inscribiendo en los tratados un conjunto básico de derechos cívicos y sociales fundamentales (Bill of Rights), especificando aquellos que gozan de una protección jurisdiccional inmediata y aquellos que tienen un carácter más programático, y se profundizarán en una segunda etapa las políticas relativas a las drogas". Sin duda, el vicepresidente, que por su cargo dispondrá de una información más profunda sobre este asunto, sabe que entre "ese conjunto de derechos cívicos y sociales fundamentales que gozan de una protección jurisdiccional inmediata" figura el del fútbol televisado, y nos lo ha advertido. En la reunión citada, como en otras anteriores que ya se han celebrado, los participantes hacen sus propuestas sobre los aspectos no directamente económicos del proceso de la unión, como manifestación viva de la voluntad democrática ciudadana de los europeos. De forma que no ocurra que el único déficit que sobreviva sea el déficit democrático.

Pero probablemente todo esto es demagogia. No como el fútbol televisado, que es una conquista social duramente conseguida.

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