LA LUCHA POR UN ROBLE CENTENARIO

Francisco Pico, ganadero avecindado en Rasines (Cantabria), dice haber recobrado la tranquilidad después de que el Ministerio de Fomento decidiese variar el trazado de la carretera nacional 629, que comunica Burgos con Santoña (Cantabria) al paso por su finca. El espléndido roble Quercus robur L, de 250 años y una circunferencia de cuatro metros, que proyecta considerable sombra en la finca de su propiedad, se salvará de ser abatido por la implacable sierra mecánica en manos oficiales. El roble luce en su tronco una placa que pregona su inclusión en el catálogo de árboles singulares de Cantabria. Pico asegura que no menos de 10 generaciones anteriores a la suya gozaron de su benéfica fronda. Durante el último año, tras conocer el proyecto de la nueva vía rápida que se adentra parcialmente en su finca, Pico apeló a las asociaciones ecologistas e imploró ante los ingenieros el indulto para el soberbio especimen. Al fin, ha sido escuchado y el tronzador no liquidará en diez minutos lo que la naturaleza ha tardado en construir dos siglos y medio.-