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El Príncipe defiende los valores ecologistas en la serie documental 'La España salvaje'

Aguantar suciedad y polvo, dormir en albergues o dentro de un saco, comer mal y pasar la noche en vela deben ser actividades poco frecuentes en la agenda de un príncipe herededo. Pero eso es lo que ha hecho don Felipe durante la grabación de la serie documental La España salvaje, que Televisión Española estrena el domingo (20.30) y en la que el príncipe de Asturias ejerce de presentador comprometido con el conservacionismo y la ecología.

En 10 programas de 30 minutos, La España salvaje repasa la fauna ibérica a lo largo de los ciclos del año. Son dos capítulos por estación, más el episodio inicial, sobre las cañadas reales, y el último, que recoge incidencias del rodaje.La serie fue una idea de Borja Cardelús, el director y guionista, actual secretario de Estado de Medio Ambiente. Tras conseguir el apoyo financiero de la Fundación Entorno, se le presentó la idea al Príncipe. "Aceptó en el mismo momento en el que se lo propusimos", comenta Cardelús. Dijo 'Eso quiero hacerlo', y sólo puso dos condiciones: no dar una imagen oficial, sino implicarse a fondo en la serie, y que ésta sirviera para remover las conciencias de los españoles en favor de la conservación de la naturaleza".

Ambas condiciones se han cumplido. El Príncipe aparece en la serie en escenas cotidianas de la vida rural, charlando con pastores y campesinos. Se le ve removiendo un guiso, vareando la aceituna, ayudando a preparar bocadillos... El productor ejecutivo, Miguel María Delgado, destaca que don Felipe "supo crear un ambiente distendido que nos hizo sentimos cómodos a todos, él el primero".

Delgado recuerda largas veladas charlando de lo divino y lo humano con el heredero, "a veces hasta las cinco de la madrugada, aunque había que levantarse dos horas después para ir al tajo". Y eso que madrugar era, precisamente, lo que menos le ha gustado a don Felipe en su aventura naturalista, en la que ha demostrado, según el equipó del programa, una gran profesionalidad.

. "Cuando fuimos a rodar al Parque Nacional de Garajonay, en la isla de La Gomera", comenta el director de la serie, "se declaró un incendio. El Príncipe estuvo muy preocupado, no dejó ni un minuto de seguir la evolución del fuego, hasta que fue controlado. Fueron cuatro largas horas en las que no actuaba".Convicciones ecologistas

Esta actitud del Príncipe revela que sus convicciones ecologistas "son profundas", dentro y fuera del guión. En el programa, don Felipe es el encargado de difundir el mensaje conservacionista. En el primer capítulo defiende la necesidad de preservar las caña, das reales. En otros advierte de la importancia vital del agua o pide a los agricultores que cuiden de no arrollar a los aguiluchos con sus segadoras.

En contra de lo habitual en la producción actual de documentales, en La España salvaje los animales no son los únicos protagonistas. El hombre también aparece a menudo para demostrar que es posible vivir de la naturaleza sin tener que dañarla. Cesáreo, un pastor que dialoga con Felipe de Borbón en el primer episodio, se lamenta del trazado agresivo de algunas autopistas y de las alambradas, que se han cargado literalmente miles de kilómetros de cañadas reales. El Príncipe aprovecha el comentario para pedir un progreso armonioso que no perjudique al hombre pero que preserve el tesoro natural que son estos pasillos ecológicos que cruzan la Península de sur a norte.

En el episodio del estreno , La España salvaje incluye bellísimas imágenes de lobos, águilas, búhos, avutardas, abejarrucos, ánsares, calamones, buitres y alimoches, que viven aldededor del ciclo trashumante que cada año emprenden las ovejas en su búsqueda de los pastos frescos del norte. Y muestra tambien imágenes aún más hermosas sobre el asombroso minimalismo de la naturaleza. La cámara se detiene largos segundos sobre una hoja, una simple hoja amarilleada por los colores del otoño, o un campo de amapolas, o de espigas

, y el espectador tiene la sensación de estar contemplando una obra de arte.La serie una de las mas ambiciosas de TVE, tiene un presupuesto de 500 millones: 260 a cargo de la Fundación Entorno y el resto de Adena y la cadena estatal. Se han empleado dos años para su rodaje y se han filmado 200.000 metros de película, de los que se han utilizado sólo el 10%. Cuidada hasta en su último detalle, la realización ha corrido a cargo de Juan Carlos del Olmo; la música, compuesta para la serie, es de Julio Mengod.

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