Bares y verbena en Chamberí

Ayuntamiento, el de Madrid, que en un caso muy concreto -el del tramo inicial de la avenida de Pablo Iglesias, en el distrito de Chamberí, lindando con el de Tetuán- muestra cómo llevar al paroxismo una política de ensañamiento con el vecindario. Ante todo, está el sistemático y, al parecer, consentido incumplimiento en este punto madrileño, a lo largo de las semanas y los meses, de las horas de cierre de bares por las noches, que ya en este país se encuentra permitido que se prolonguen mucho más que en otros, especialmente de Europa. A ello ha venido a añadirse el incrustar en dicha avenida, cortándola totalmente al tráfico, una estruendosa verbena. Y, por añadidura, quitándoles a los aquí residentes las escasas horas de descanso después de las muy tardías de terminación de la verbena.Además, a partir de las cinco de la madrugada, la agresión ha continuado por medio de una ruidosísima y ultracontaminante batería de artefactos barredores (agresión ambiental 'radicalizada). El asedio ha podido muy, bien dejarse para última hora de la mañana., o incluso para el mediodía o primeras horas de la tarde, al no haber entonces en ese espacio movimiento ni actividad algunos, ya que la verbena y sus instalaciones se ponen en marcha a media tarde. Pero se trata, por lo que se ve, de no dejar a los vecinos tiempo alguno para su sueño y descanso cuando se acuestan por las noches. Un ejemplo verdaderamente. paradigmático de crueldad municipal, sobre el que conviene pedir, ante la opinión pública, que se reflexione.. Aparte quiero insistir en que se debe prescindir totalmente de esos infernales artefactos.-