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Los sindicatos rompen la negociación con Bonn sobre el ajuste del sector público

Las negociaciones entre los sindicatos alemanes de los servicios públicos y la administración federal quedaron rotas ayer en Stuttgart, tras una sesión maratoniana de dos días y una propuesta patronal que los sindicalistas calificaron de provocación. La patronal ofreció a los 3,2 millones de asalariados del sector público un convenio con una validez de 20 meses y un aumento salarial del 0,5% en el primer año y un 1% en los ocho meses restantes. El sindicato de servicios públicos, tráfico y transporte (OTV) pide un aumento del 4,5%.Tras el fracaso, las partes enfrentadas acuden al procedimiento de arbitraje. Durante el periodo de arbitraje rige la obligación de mantener la paz social. El sindicato ha suspendido las huelgas de advertencia que se realizaron a lo largo del país los últimos días. Esto no impide que se produzcan acciones espontáneas al margen de la disciplina sindical, como ocurrió ayer mismo en varias ciudades alemanas.

El presidente del OTV, Herbert Mai, declaró que la oferta de la patronal resulta inaceptable "de hecho no es cero, sino menos". Los representantes de la patronal habían acudido a esta cuarta ronda negociadora con la frase en los labios de que un aumento de un 4,5% de sueldo equivale a un incremento del 4,5% de parados en el sector. El jefe de los negociadores por parte de la administración pública, el ministro del Interior Manfred Kanther, democristiano (CDU), reconoció que se trata de una oferta pequeña, pero que no se puede hacer otra cosa ante la penuria de las cajas públicas.

Recientes estimaciones fiscales muestran un descenso dramático en la recaudación. Además de intentar rebajar al mínimo la subida salarial, la patronal trata de reducir los días libres y que la paga de Navidad siga congelada al nivel de 1994 hasta 1999. Según estudios de un instituto de investigación empresarial de Colonia, en los servicios públicos se dan las cifras más altas de absentismo laboral de Alemania, con una media de 28 días de ausencia por enfermedad al año. La negociación del convenio del sector público se ha convertido en una piedra de toque para Bonn sobre su voluntad de llevar adelante el recorte del gasto público, imprescindible si Alemania quiere cumplir los criterios de convergencia exigidos para entrar en la unión monetaria europea.

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