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Los enemigos de Olano

Eugeni Berzin encabeza un cartel de orientales y coetáneos que decidirán el desarrollo del Giro

Abraham Olano aún no es Miguel Induráin. ¿El rasgo diferencial? Ante cualquier carrera, el único enemigo del navarro es él mismo. Nadie puede batirle si nada anormal sucede. Las oportunidades de los demás van en función de las suyas. Olano, en cambio, aún no se ha establecido en la jerarquía más que como pretendiente. Parte como favorito para el Giro, pero no con mayores argumentos que una cantidad de ciclistas con nombres y apellidos eslavos, y con menor historial y demostraciones previas que uno en particular, el ruso Eugeni Berzin. Ausentes del Giro los dominadores de las grandes vueltas de los últimos años -Induráin, Jalabert, Rominger-, la carrera italiana se presenta como una lucha abierta que se podría simplificar en una ensalada ruso-española con un toque mixto italiano.Si participaran Rominger e Induráin, o si Berzin fuera el mismo que deslumbró en 1994, Olano no podría ganar. "La puesta en cuestión del valor del corredor del Mapei llega desde su propio médico-entrenador, Michele Ferrari"."Además", continúa el fisiólogo italiano, "el Mortirolo y el Gavia en la última semana serán muy, muy duros para Olano. El corredor que gane el Giro será el que exhiba la máxima resistencia". Será un Giro de eliminación, con el toque de la montaña en la última semana. "Mi lista para la victoria, por orden de posibilidades: Berzin, Olano, Tonkov, Ugrumov y Gontchenkov. Este último se ha mostrado como un ciclista excepcional, pero que puede llegar pasado de forma: ha estado delante en todas las carreras desde febrero".

Ferrari, sin embargo, no puede ocultar su admiración por el trabajo de Olano. La decisión de que el guipuzcoano disputara el Giro no se tomó tras un análisis deportivo, sino comercial: la necesidad para el Mapei de presentar a su carrera a alguien con cara y ojos. "Cuando el equipo me pidió en enero que cambiara el plan de entrenamientos de Olano y lo acelerara para que estuviera en forma en el Giro, yo tenía mis dudas, pero Abraham ha respondido muy bien, ha hecho un trabajo de preparación extraordinario", explica Ferrari.

Los puntos de referencia de Olano han sido los mismos que los de Berzin, y en los tres ha superado al ruso. "En la Vuelta al País Vasco, Olano estuvo bien", explica Ferrari. "En la Lieja-Bastogne-Lieja, mejor. Y en la Vuelta a Romandía, mejor que mejor". Sin embargo, carreras de una semana o de un día muchas veces no quieren decir nada, y menos frente al misterioso Berzin. La resolución del enigma tendrá mucho que ver con la respuesta a la pregunta global: ¿Ganará Olano el Giro?

Eugenio Berzin. El ruso de Viburgo (1970) no ha hecho mucho en lo que llevamos de 1996, pero su capacidad para el Giro ya la tiene probada: venció en 1994 superando a Induráin. No es el hombre de entonces, pero su médico-entrenador, Gianni Mazzoni (escuela Conconi), jura que en el transcurso de las dos primeras semanas Berzin se reencontrará con la forma vencedora. No comparte ya equipo con el incómodo Ugrumov. Eso significa que será el capitán indiscutible de la Gewiss, una formación que cuenta con un director muy inteligente, Emanuele Bombini. Parece más adaptado a las largas ascensiones (Mortirolo y Gavia) que Abraham Olano. Decidirá la resistencia de ambos.

Piotr Ugrumov. En los primeros meses de temporada no ha salido a la luz, pero eso no significa que deban sonar las señales de alarma para un corredor maduro (35 años) que acostumbra a dar lo mejor de sí con temperaturas altas. El letón conoce a la perfección las características de su propio físico. Ha subido al podio del Giro dos veces en los últimos tres años. Además, estrena equipo, el Roslotto, ideado por Moreno Argentin y dirigido por Massimo Ghirotto, donde tendrá de compañero a otro pie muy importante, Gontchenkov. Otro detalle: Argentin lo fichó sólo para ganar el Giro.

Alexandre Gontchenkov. Hasta el año pasado Alexandre Gontchenkov -26 años recién cumplidos; entonces ucraniano, hoy ruso- era uno más del conjunto de ciclistas del Este desbordantes de calidad y al mismo tiempo conformista. En el Lampre, su equipo los tres primeros años de profesional, hacía su trabajo -lanzar sprints para Svorada y sudar para Fondriest- y lo hacía bien. Ya en forma en febrero (segundo en la Vuelta a Andalucía), en forma en marzo (segundo en Pantalica, la Tirreno-Adriático y la Milán-San Remo), más en forma en abril (segundo en la contrarreloj de los Tres Días de la Panne, octavo en la Vuelta al País Vasco y segundo en la Vuelta a Romandía con triunfo en la etapa reina), el ruso ha sido el hombre sorpresa. También coincide su avalista, el zorro Moreno Argentin. Y el secreto de su éxito, la cuadratura del círculo: cómo lograr adelgazar ocho kilos en tres meses de invierno sin que disminuyera su potencia. Es fuerte en las dos disciplinas clave: contrarreloj y montaña.

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