_
_
_
_
_
FÚTBOL VIGÉSIMA JORNADA DE LIGA

El Tenerife se queja del árbitro

El Tenerife se fue del Vicente Calderón con la cabeza alta pero cabreado. El árbitro tuvo la culpa. Sólo Heynckes, su tecnico, eligio un camino distinto y no entró a valorar una actuación que, según alguno de sus jugadores, fue decisiva. Quien mejor representó el monumental cabreo de los tinerfeños fue Marcelo Ojeda, el guardameta del equipo, que se fue al vestuario asegurando qué "sabíamos que nos iba a ocurrir esto. Estaba predeterminado", declaró.Tampoco se quedó corto Javier Pérez, el presidente, que hurgó en la herida más que nadie, llegando a asegurar que la labor de Gil empezaba a darle sus frutos al Atlético. "No seré yo quien diga que el Atlético es líder por algo que no sean sus méritos. Eso no se puede ni pensar. Pero está claro que el presidente del Atlético sabe lo que tiene que hacer y, sobre todo, sabe lo que tiene que decir. Los dirigentes no deberíamos valorar a los árbitros. Ni para bien ni piara mal. Gil utiliza una táctica que, evidentemente, favorece sus intereses. Y eso se está viendo".

Más información
El Atlético se vacía el corazón

No se quedó ahí el presidente isleño, quien no dudó en afirmar: "Lamento que el árbitro no haya tenido lo que hay que tener para pitar lo que todos hemos visto. La gente joven, por mucho que diga Gil, no se atreve a señalar lo que ve en ciertos campos".

Otros fueron más suaves. Por ejemplo, Juanele, que se limitó a señalar que "en ocasiones los árbitros deberían ser más cautos, la expulsión de Jokanovic nunca se debió producir". Las dos tarjetas que vio el serbio, y que le mandaron a la ducha antes de tiempo, estaban en boca de todos sus compañeros. Él mismo las definió como "injustas. Pero no ha sido sólo eso, porque con 0-0 hubo un penalti a nuestro favor que no se señaló. Con este arbitraje era muy difícil puntuar aquí". Sólo Heynckes consiguió mantenerse al margen de la polémica. El alemán prefirió hablar exclusivamente de fútbol. "Nos hubiera gustado jugar en otras condiciones. En este campo era muy, difícil. Supimos reaccionar tiras la expulsión. Es cierto que el 2-1 vino precedido de una falta clarísima. Aun así, no estoy enfadado ni con el árbitro ni con nadie".

Las declaraciones de Javier Pérez hicieron saltar a Jesús Gil, que no se mordió, la lengua: "Echar la culpa al árbitro es una barbaridad. Imagino que Pérez lo que intenta es justificar la derrota. A los árbitros no les ayuda nadie. Y si yo hubiera perdido el partido de hoy, le hubiera felicitado".

Como de costumbre, Radomir Antic le puso un punto de sensatez al asunto. El técnico rojiblanco felicitó a los 26 jugadores que saltaron al césped y a los tres árbitros. "Hacer las cosas bien en un campo así era dificilísimo. Por eso les felicito. Se ha visto demasiado fútbol para como estaba el césped. Hoy, como siempre, la moral de mi equipo ha sido determinante y creo que el triunfo es totalmente justo".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_