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Adiós, Walesa

La democracia deslustra a sus héroes tanto como las revoluciones devoran a sus hijos. Durante Más de una década, Lech Walesa personificó las cualidades necesarias para vencer en la lucha por la democracia en Europa Oriental: coraje ante el comunismo, fuego para encender la mecha desafiante de Solidaridad, magnanimidad tras la imposición de la ley marcial, lúcida determinación durante la transferencia de poder. Son todas ellas grandes virtudes, pero no las que se necesitan ahora (...). Para dirigir las nuevas democracias se requiere nuevas cualidades de liderazgo: capacidad para el compromiso; una determinación no empecinada; tacto, más que coraje ciego; astucia para prevenir las divisiones sociales (...). Y Walesa no tiene esas virtudes (...). Son pocos los que logran ser revolucionarios. democráticos y dirigentes en la democracia (...). Por no estar entre esos pocos, Walesa sufre la ingratitud de la historia (...). Walesa tachó de bolchevique al inuevo presidente" el ex comunista Alexander Kwasniewski, y planteó los comicios como una elección entre comunismo y democracia ( ... ). Pero no hay evidencias de que Kwasniewski no quiera la adhesión a la OTAN y a la UE Las elecciones han revelado una profunda división: por un lado, la Polonia tradicionalista, católica y rural, que ha votado a Walesa; por otro, una Polonia que mira hacia adelante, emprendedora, que ha apoyado al nuevo presidente a pesar de su pasado (...). 26 de noviembre

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