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Tribuna:UN PLENO AGITADO
Tribuna
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Hacer un hueco en casa

De nuevo son noticia los toxicómanos y, una vez más, la causa es la oposición vecinal a que se abra un servicio en su barrio. En esta ocasión el conflicto surge en Moratalaz.Atender y rehabilitar a toxicómanos es un trabajo complejo y un reto permanente. Quienes lo conocemos sabemos que no siempre logramos los resultados que desearíamos.

Los chicos y chicas adictos a cualquier tóxico ponen ante nosotros sus vidas quebradas por el drama y la desesperanza. Lo sabemos bien. Y mejor lo saben los familiares que viven con ese drama en casa.

Los profesionales sabemos que tenernos que ayudar a seres humanos que por sí solos no superarían la adicción. Son personas que necesitan sentirse como tales, rehabilitar su personalidad, y esto se logra mediante atención especializada, actividades en grupo, tratamiento farmacológico que mitigue los efectos nocivos de las drogas, asistencia psicológica, jurídica, médica... Pero además sabemos la importancia que tiene la propia familia en la rehabilitación de un varón o de una mujer toxicómanos.

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Los conocimientos científicos y técnicos nos confirman que la actitud familiar (de la pareja, de los hermanos ...), la de los amigos, es fundamental para rehabilitar e integrar socialmente a los toxicómanos. Luego está la actitud del entorno.

No es fácil manejar tantos elementos dispares y, sin embargo, todos necesarios para atenuar y rehabilitar a toxicómanos. La demanda social, justificada sin duda alguna, es que los atendamos con profesionalidad y competencia. La sociedad entera pide que rehabilitemos a la personas adictas a las drogas. Y así es como los poderes públicos, interpretando acertadamente -entiendo yo- esta exigencia social, construyen centros y abren servicios de atención.

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Algunas veces, inevitablemente, surgen dificultades tratando de impedir que se abran estos servicios.

Unas veces con un tipo de argumentos, otras con otro, la actitud solidaria que mantiene la sociedad con esta tarea corre el riesgo de eclipsarse, aunque no de desaparecer.

Lo que está ocurriendo en un barrio de Moratalaz me parece que es la expresión de la intransigencia. Y se ha producido aquí como podía haber aparecido en otros sitios. No creo que los vecinos de ese barrio de. Moratalaz sean menos comprensivos que otros ciudadanos de otros barrios del mismo distrito, o de otros distritos o de otras ciudades. Lo que sucede es que cuando los valores de la solidaridad, de la igualdad, de la justicia llaman a nuestra puerta -la nuestra, no la del vecino- y pretenden que les hagamos un hueco, entonces decimos que la casa está llena y que busquen acomodo en otro lugar.

Ser solidarios con los toxicómanos hoy, en Madrid, significa comprender y asumir que hemos de abrirles un hueco en nuestra casa. Y esta casa, hoy, se llama Moratalaz.

Florencio Martín Tejedor es psicólogo clínico, diplomado en trabajo social y cogerente del Consorcio para el Realojamiento de la Población Marginada.

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