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El gal Aceña lo "olvida todo" en su declaración ante el juez por la muerte de García Goena

El miembro de los GAL Daniel Fernández; Aceña, condenado a 29 años de prisión por el asesinato de un ciudadano francés, afirmó ayer ante el juez Baltasar Garzón que no se quiere acordar de nada. "De hecho, lo he olvidado todo", precisó. El magistrado le había citado para interrogarle por el último atentado cometido por los GAL, que costó la vida al prófugo del servicio militar Juan Carlos García Goena. La viuda de éste, Laura Martín, también declaró y aportó datos sobre los últimos momentos antes de que su marido volase con su coche al estallar una bomba.

Fernández Aceña ratificó genéricamente su declaración del 27 de junio de 1988, unos días después de que el Supremo ratificase su condena y 15 días antes de que José Amedo y Michel Domínguez ingresasen en prisión por su intervención en los atentados que mercenarios de los GAL cometieron contra los bares franceses Batxoki y La Consolation.En la reapertura de la investigación sobre el asesinato de García Goena, Garzón ha tomado como guía las manifestaciones de Aceña sobre sus contactos en los GAL. Aceña mencionaba como cerebro de su grupo al industrial de Irún Victor Manuel Navascués Gil -absuelto por falta de pruebas de la muerte de Jean Pierre Leyba- y al ahora general Enrique Rodríguez Galindo como una de las personas que supervisaba a Navascués.

El miembro de los GAL aseguró en 1988 que Navascués le informó en junio de 1983 de que sus mandos le habían indicado que ya era tiempo de. golpear a ETA y que ello consistía en matar a los miembros de la organización en Francia o en secuestrarlos y traerlos a España. Navascués le propuso que su actividad no se limitase a facilitar información sobre los etarras en Francia, como venía haciendo desde 1982, sino que participase de forma activa en ese otro tipo de tareas, para lo que tenía que buscar a personas dispuestas a intervenir en atentados.

En aquella declaración, Aceña contó que un confidente de la Guardia Civil le comentó que el último atentado de los GAL se financió con dinero del tráfico de cocaína y había sido para evitar la negociación ETA-Gobierno. Aceña precisó ayer que el confidente, que en 1988 no quiso identificar, se llamaba Francisco, pero inmediatemente dijo que quería olvidarlo todo y de hecho lo había olvidado. La viuda de García Goena presenció la declaración de Aceña, autorizada por éste y por el juez, pero salió muy nerviosa y descompuesta.

Por otra parte, un mercenario de los GAL de Navarra aseguró ayer al juez que instruye las diligencias por un intento de asesinato cometido en Pamplona en 1984 que el ex jefe de Policía de esta ciudad y actual responsable de la Comisaría de Irún, Antonio Pascual, era perfecto conocedor de la trama terrorista, informa Servimedia. Este testigo manifestó también que estuvo presente en una cita en la que el ex jefe superior de policía de Bilbao Francisco Álvarez suministró armas y dinero a mercenarios.

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