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De la Rosa, mantiene contactos con Francisco Álvarez y Mario Conde

Javier de la Rosa ha estado en contacto en los 10 últimos días con dos de los grandes protagonistas de los casos GAL y Banesto: Francisco Álvarez y Mario Conde, respectivamente. El ex jefe del mando antiterrorista Francisco Álvarez ha utilizado diversos despachos en Barcelona para mantener conversaciones telefónicas discretas, en ocasiones con el propio De la Rosa y en otras con Julián Sancristóbal, ex director general de la Seguridad del Estado. Javier de la Rosa también se reunió en Madrid hace menos de 10 días con el ex presidente de Banesto.

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Francisco Álvarez, que hoy tiene que declarar en el Tribunal Supremo ante el instructor del caso GAL, Eduardo Moner viene utilizando desde hace días diferentes despachos de Barcelona para ocultar sus movimientos a quien quiera controlarle. En una ocasión, hace aproximadamente diez días, acudió a un despacho de oficinas de Barcelona, completamente ajeno a la trama de los GAL y también a la estructura de Javier de la Rosa, para realizar varias llamadas telefónicas. Dos de ellas, efectuadas de forma consecutiva, tuvieron corno interlocutores al financiero irnplicado en los casos Grand Tibidabo y KIO y al ex director de la Seguridad del Estado Julián Sancristóbal.El despacho que utilizó Álvarez para esas llamadas está situado en la avenida Diagonal de la capital catalana, y parece que su elección obedece al interés del ex alto mando de la lucha antiterrorista de evitar cualquier fuga de información y que alguien ajeno a los inculpados en el caso pueda conocer su futura estrategia.

Los contactos entre los miembros de la trama de los GAL y sus respectivos abogados se han intensificado en las últimas dos semanas con el objetivo de preparar conjuntamente las declaraciones de todos ellos ante el juez del Supremo.

Los contactos telefónicos de Barcelona entre Francisco Álvarez y De la Rosa coincidieron en el tiempo con la última reunión conocida entre éste último y Mario Conde. Las versiones sobre el contenido de este encuentro son contradictorias.

Por una parte se apunta a que los dos acusados de estafa, uno en Banesto, el otro en Grand-Tibidabo, escenificaron la ruptura de sus relaciones tras los últimos acontecimientos, que han situado a Conde en el centro de la tormenta política. Según esta hipótesis, De la Rosa pretendería distanciarse del ex banquero y ofrecer un perfil menos peligroso.

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Las mismas fuentes apuntan que, además, De la Rosa se siente traicionado por Conde, quien habría incumplido un pacto previo consistente en incluir en las peticiones económicas presentadas en su operación de chantaje al Gobierno una muy importante cantidad para el expresidente de Grand Tibidabo.

Tanto Conde como De la Rosa han manifestado en los últimos meses un interés común: pasar la factura al Banco Santander. Conde, porque este banco es ahora el propietario de Banesto; De la Rosa, porque el banco de Botín lo ejecutó un crédito mientras estaba encarcelado lo que le supuso la pérdida de un valioso paquete de acciones en la azucarera Ebro.

Por este motivo, De la Rosa, que no oculta su animadversión contra el presidente del banco, llegó a presentar una demanda contra la entidad financiera ante los tribunales barceloneses.

La otra posible interpretación del contacto entre De la Rosa y Conde sería que, como ya hicieron nada más abandonar la prisión, ambos personajes continúan intercambiando informaciones que pueden considerar útiles. En esta segunda hipótesis no se descarta que De la Rosa también hubiese recriminado a Conde el haberse olvidado de él en el momento de pedir dinero al plantear el ex responsable de Banesto sus exigencias al Ejecutivo.

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El interés de evitar cualquier situación comprometida no es exclusivo del ex policía Álvarez. También De la Rosa ha empleado recientemente esta práctica, según fuentes próximas al financiero. De acuerdo con ellas, De la Rosa también ha utilizado despachos con los que no tiene relación empresarial o económica conocida para depositar material que él puede considerar sensible, pero ajeno a cualquier proceso judicial. Estos despachos han sido visitados por personas potencialmente interesadas en conocer su contenido, según las mismas fuentes.

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