Rotunda victoria socialista en Portugal
El PS roza la mayoría absoluta y acaba con 10 años de Gobierno liberal conservador
Los portugueses aceptaron ayer la petición del Partido Socialista (PS) y votaron por una nueva mayoría en la Asamblea de la República. El partido de Antonio Guterres logró una rotunda victoria en las elecciones legislativas, pero se quedaron a las puertas de la mayoría absoluta. Anoche, cuando ya había sido computado el 97% del voto, el PS se alzaba con el 43,8%, lo que en escaños se traducía en 106; es decir, sólo a 10 de la mayoría absoluta. Los votantes que han abandonado al Partido Social Demócrata (PSD), liberal conservador, se han polarizado. Una parte ha ido hacia el PS, de centro-izquierda, y otra hacia la derecha nacionalista del Partido Popular (PP), que parece duplicar los votos obtenidos en 1991.
ENVIADA ESPECIAL"Portugal, al atribuirnos una mayoría relativa muy próxima a la absoluta, nos da un mandato para gobernar, pero para que se gobierne con atención al diálogo, a los abusos de poder, a evitar el clientelismo. Sabremos interpretar esta voluntad", afirmó el secretario general del PS, Antonio Guterres, que antes de los comicios anunció que no gobernaría en coalición en el caso de que el PS no alcanzara la mayoría absoluta. Guterres sustituirá en la jefatura del Gobierno al socialdemócrata Aníbal Cavaco Silva. Éste no se presentó a las elecciones y se especula ahora que aspirará a la presidencia de la República. Dirigentes de su propio partido así se lo pidieron públicamente anoche.El PSD de Fernando Noguelra obtuvo el 33,9% del voto, lo que representa 79 escaños, mientras que la Coalición Democrática Unitaria (CDU, comunistas) conseguía el 8,6%, y 15 diputados, y el Partido Popular (PP) el 9%, lo que supone 14 diputados. La abstención ascendió a un 32,8% del censo electoral.
Anoche el entusiasmo se desbordaba en el hotel Altis de Lisboa, donde los socialistas montaron su cuartel general, mientras que había moral de derrota en la sede de PSD, aunque esta sensación ya era perceptible antes del cierre de los colegios electorales.
Tranquilidad
A las cuatro de la tarde, cuando la televisión pública emitió su informativo dominical, un crispado Fernando Nogueira (PSD) evitaba a los periodistas a la salida del colegio electoral. "Estoy tranquilo, tranquilísimo", respondía a la carrera sin la sonrisa que le ha acompañado toda la campaña. Antonio Guterres (PS), todo sonrisas, se paró ante las cámaras para decir que confiaba "en un buen resultado electoral".Nogueira no ha logrado que su promesa de continuidad calara entre los portugueses. "Más y mejor", ha sido uno de eslóganes de la campaña del PSD. Portugal ha preferido el cambio moderado que promete Antonio Guterres desde el PS. Aunque éste sea tan moderado que no pone en cuestión el eje básico de la década del PSD con Aníbal Cavaco Silva: una política económica rigurosa que intente cumplir los requisitos de convergencia del Tratado de Maastricht.
La diferencia estará en la política social y en el compromiso de Antonio Guterres para que su Gobierno no esté únicamente al servicio de se partido. Luchar contra el paro y las desigualdades, abrir el Ejecutivo a la sociedad civil y alcanzar pactos puntuales con los distintos grupos parlamentarios son los compromisos electorales de Guterres.
Los socialistas hicieron pública su victoria sólo 45 minutos después del cierre de las urnas. El organizador de campaña del PS, Joars Coello, ofreció la primera conferencia de prensa de la noche electoral. "El Partido Socialista ha obtenido una mayoría clara", afirmó Coello. Con ello, añadió, "Portugal pasará una página de su historia". Una página que ha durado diez años y ha supuesto la incorporación de Portugal a la UE.
El silencio acompañaba la noche en el PSD. Sólo un dirigente regional que se ha hecho famoso por una sonada metedura de pata accedió a hacer declaraciones a la televisión. La anécdota que acompaña a este político fue toda una premonición. En un mitin en el que debía presentar a Nogueira dijo: "Ahora vamos a recibir. como se merece al líder del PSD. ¡Guterres! ¡Guterres!". Se dió cuenta y continuó: "¡Nogueira! ¡Nogueira!". Y anoche sentenció: "Nogueira ha tenido que luchar contra todo y contra todos".
A partir de hoy, Nogueira sí tendrá que luchar contra todo y contra todos, pero en su propio partido. José Manuel Durao Barroso, ministro de Asuntos Exteriores en el último Gobierno y rival de Nogueira en el congreso para la sucesión de éste, se quedó en la cuneta por muy poco.
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