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González se compromete con los sindicatos a no aprobar el contrato con despido pactado de CiU

El Gobierno pretende que la crisis política y el casa GAL no paralicen su actividad cotidiana. Con esa intención, el presidente Felipe González celebró ayer una inesperada reunión con los líderes de UGT y CC OO, Cándido Méndez y Antonio Gutiérrez. El jefe del Ejecutivo analizó las líneas generales de unos presupuestos que los sindicalistas dudan que puedan ser aprobados por falta de apoyo parlamentario. González se comprometió a no aprobar el contrato estable con despido pactado propuesto por CiU y a que no habrá reducción de las cotizaciones sociales.

La comunicación oficial de la cita decía que se iban a abordar "la evolución de la economía española y las prioridades políticas del Gobierno". La cita, a iniciativa del presidente, pretendía también "dar sensación de normalidad, de que se sigue trabajando; hay decisiones que no se pueden demorar", según las explicaciones dadas por Miguel Gil, secretario general del Portavoz del Gobierno.El diálogo se celebró a propuesta del jefe del Ejecutivo y se empezó, a gestar la semana pasada, antes de que se produjesen las explosivas declaraciones de Ricardo García Damborenea sobre el caso GAL. La intención de Felipe González era mantener un contacto discreto, aunque ese extremo fue rechazado por los sindicalistas, y el viernes pasado se concertó la cita para ayer lunes. Se trata de la primera ocasión en que una reunión de estas características se celebra a iniciativa del presidente del Gobierno. Y, además, se produce en la víspera de otra que tendrán hoy los líderes sindicales y González, junto a Emilio Gabaglio y otros dirigentes de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) para abordar los temas sociales de la presidencia comunitaria.

Durante una hora y media, los dos sindicalistas y el jefe del Gabinete trataron temas internos y analizaron "asuntos que se corresponden con las inquietudes de los sindicatos", y ni tan siquiera "rozaron" el caso GAL y sus consecuencias políticas. Aún así, el presidente les reiteró su intención de mantener la legislatura hasta marzo. En cambio, los dirigentes sindicales consideran que "la situación es insostenible y que va a ser imposible ese calendario electoral" y defienden una inmediata convocatoria electoral. Pese a todo, estudiaron las líneas generales del Presupuesto del 96, y González les dijo que su intención es reducir el déficit al 4,4% con cinco partidas de gasto no sujetas a recortes: el incremento pactado sobre pensiones y salarios de funcionarios, el gasto en sanidad, los acuerdos con las administraciones locales y autonómicas y la financiación de la deuda pública. Además, el presidente les aseguró que no habrá "una nueva vuelta de tuerca en la reforma laboral", despejando así la preocupación mostrada por los dirigentes sindicales día atrás.

Los tres interlocutores repasaron también otros temas en los que, se vienen produciendo claras discrepancias entre el Ejecutivo y las centrales. Es el caso de la reconversión naval y el debate sobre política industrial, en los que los sindicatos han expresado su claro disgusto porque el Gobierno les presenta "hechos consumados". Así se lo expresaban el miércoles pasado al ministro de Industria, Juan Manuel Eguiagaray, Gutiérrez y Méndez durante "cuatro largas horas de discrepancias". Ayer, González les dijo que en el ajuste del naval existe un margen de maniobra muy estrecho, aunque también les garantizó que el Gobierno no va a cerrar ninguna puerta al diálogo.

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