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La selección nacional canina

36 perros compitieron ayer por un puesto para representar a España en el Campeonato de Europa de destreza

Deportistas a cuatro patas. Treinta y seis canes compitieron ayer por una de las cuatro plazas de que consta la selección canina española que viajará a Turín (Italia) en octubre para participar en el campeo nato de Europa de agility (destreza). A pesar de que este deporte no se implantó de manera oficial en España hasta 1989, un can español ganó esa prueba sólo dos años después. Kit, un pastor belga, repitió foto en la cima del podio en 1992, pero al año siguiente se quedó en el cuarto lugar. En esa misma competición, España ganó la prueba por equipos. Pero, como ocurre con los atletas bípedos, éstos también se lesionan y se retiran cuando las canas empiezan a de latar demasiadas horas de vuelo.Kit no compitió ayer. Su dueño, Esteban Díez, ha decidido que ya no participe más que en exhibiciones. "Después de tantas satisfacciones, me daría mucha pena verle perder una prueba tras otra; sigue en forma, pero empieza a ser mayor", explica. Y Kit sale a la pista del club La Princesa (en Alcorcón) para de mostrar que todavía salta las va llas con estilo, serpentea en un tubo de tela y trepa por un plano inclinado sin titubeos. Eros, un pastor alemán, sí participó a pe sar de que tiene una sobrecarga de abductores. Miguel Ángel Humanes, su amo, explica que esta semana no lo ha entrenado para evitar que empeore. El club La Princesa arrasó ayer y se llevó las cuatro plazas de la selección canina (además, otros cuatro pe rros compiten en la sección individual). Dos pastores belgas, Tom y Bell; un pastor mallorquín, Zar, y un boxer, Lupo.

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Las pruebas de agilidad o destreza constan de 14 obstáculos, que el árbitro coloca como le parece en un recinto de unos 40 metros de largo por 20 de ancho. Los obstáculos más espectaculares son el eslalon (una docena de postes con una separación de 65 centímetros entre cada uno, que el perro debe recorrer serpenteando) y el neumático (el perro debe saltar a través del ojo de una rueda). Un cronómetro medirá el tiempo empleado.

El dueño es quien guía al can, pero sólo con palabras y movimientos: sin tocarle (se penaliza con cinco puntos el más mínimo roce). La compenetración entre perro y amo es la clave: "Por eso siempre participa cada can con su dueño y no con un guía", como ocurre en otros concursos caninos. Kit sólo necesita un sonido de su amo para detenerse tras saltar una de las vallas y evitar sobrepasar la siguiente: la típica trampa que ponen los árbitros. El perro tiende a seguir de frente hacia el obstáculo más cercano aunque el recorrido marque otro orden. Si el perro pica ese anzuelo, se le descalifica. Es importante qué el dueño idee una estrategia (dispone de pocos minutos una vez que el árbito diseña el recorrido) para abordar los obstáculos: colocar a derecha o izquierda al perro puede ahorrar un segundo precioso para hacerse con el triunfo.

Las normas del deporte obligan a que el perro participe absolutamente desnudo. "Eso lo sabe bien un amigo al que descalificamos el otro día por no quitarle el collar antipulgas a su perro", se carcajea Esteban Ruiz; "con algo encima, los perros no actúan igual". Gana el can que tarda menos tiempo en recorrer el circuito y que menos penalizaciones recibe. Los mejores ejemplares tardan menos de un minuto. Pero no todo es apurar: en el reglamento español se incluyen algunas paradas obligatorias que implican un gran control del perro. En el Reino Unido se tiende más al puro espectáculo.

A pesar de que este deporte suele vincularse a las exposiciones de belleza (nació precisamente para entretener al público en los entreactos de los concursos británicos), el pedigrí, obviamente, no determina la excelencia del deportista. Pero sólo los aristócratas pueden aspirar a los campeonatos oficiales. Los chuchos sin árbol genealógico tienen que conformarse con trofeos patrocinados por marcas de comida para perros: el Aro de Plata (que se celebra hoy) y el Slalom de Oro. Ni el sexo ni la raza discriminan. En este deporte las hembras no juegan con desventaja: al ser habitualmente menos pesadas que los machos, no es difícil que logren mejores marcas. Y los canes más bajitos (menos de 40 centímetros) tienen pruebas propias con listones más bajos.

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68 Exposición Internacional Canina de Madrid y Aro de Plata de Agility. Hoy, a las 10.00, en el polideportivo municipal de Collado Villalba. Entrada: 300 pesetas. Menores de 12 años, gratis.

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