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El chelín austriaco entra en el Sistema Monetario Europeo

El chelín austriaco formará parte desde mañana del mecanismo de cambios del Sistema Monetario Europeo (SME), una semana después de la adhesión de Austria a la Unión Europea (UE), el 1 de enero pasado. La decisión fue tomada ayer por los representantes de los 15 Estados miembros y de los gobernadores de los bancos centrales de la UE reunidos ayer en Bruselas en la sede del comité monetario. Por primera vez, los representantes del nuevo Instituto Monetario Europeo (IME), con sede en Francfort, han participado en las discusiones monetarias de la Unión. La tasa central del chelín con respecto al ECU (la unidad de cuenta comunitaria) ha sido fijada en 13,7167 chelines por ECU, en correspondencia con las últimas tasas de cambio registradas.Desde hace años, el chelín austriaco está estrechamente ligado a la evolución de la paridad del marco alemán, al ser Alemania el principal socio económico y comercial de Viena. La economía austriaca goza de una relativa buena salud, con un crecimiento del 2,6% del PIB en 1994 y una previsión del 3% este año. La inflación anual se sitúa en torno al 3% en los últimos 12 meses y deberá caer al 2,5% al final de 1995. Sus peores datos, sin ser catastróficos, se dan en déficit público (4,4%, frente al 3% exigido por los criterios de convergencia acordados en Maastricht) y en deuda pública (64,7%, frente al 60% necesario para cumplir las condiciones para pasar a la moneda única europea).

El Gobierno y el banco central de Austria habían anunciado tiempo atrás su voluntad de que la divisa austriaca formara parte del mecanismo de cambios del SME lo antes posible desde la adhesión a la UE.

De acuerdo con las actuales reglas del SME, la moneda austriaca podrá fluctuar un 15% por encima y otro 15% por debajo de la paridad central acordada ayer respecto a las otras ocho monedas que forman parte del mecanismo de cambios. Se trata del mareo alemán, el franco francés, el florín holandés, el franco belga -al que está unido el franco luxemburgués-, la corona danesa, la peseta, la libra irlandesa y el escudo portugués.

La libra esterlina y la lira italiana siguen sin incorporarse al mecanismo de cambios del SME desde que lo abandonaron empujadas por las tormentas monetarias. El dracma griego nunca ha llegado a formar parte del mecanismo cambiario comunitario debido a las diferencias económicas que se dan entre este país y e resto de la Unión. La corona sueca y el marco finlandés -las otras dos divisas, junto al chelín, incorporadas a la Unión Europea el pasado 1 de enero- aún no se han unido al sistema.

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