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EL CASO BANESTO

Mario Conde, sometido a un careo con Martín Rivas sobre presuntos pagos políticos

El ex presidente de Banesto Mario Conde, que ayer inició su declaración ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel Garcia-Castellón, fue sometido a un careo con uno de los directivos del banco también querellado, Martín Rivas, al poco de tiempo de comenzar. Conde contradijo las manifestaciones realizadas por Rivas el pasado 21 de noviembre, según las cuales el máximo mandatario de Banesto le habría ordenado el pago de 300 millones (en dos envíos de 150 millones cada uno) para determinadas operaciones políticas cuyo destino serían dos partidos Ante la contradicción, y antes de que concluyese la declaración de Conde, contra lo que suele ser habitual, el juez citó inmediatamente a Rivas para aclarar ese extremo. Conde continuará hoy su declaración tras más de 10 horas de declaración. El miércoles está citado Rafael Pérez-Escolar.El ex presidente del Banco de Vitoria y ex director general de banca comercial de Banesto Martín Rivas fue el primero en declarar, el pasado 21 de noviembre, pocos días después de que se presentase la querella contra. Mario Conde y otros nueve miembros de su equipo (posteriormente fue ampliada a otros tres). Rivas dijo que conocía la existencia de dos pagos, de 150 millones de pesetas cada uno, cuyo importe iba destinado a financiar dos partidos políticos. Al salir de la Audiencia, Rivas manifestó que "es una infamia que se me acuse de ser el arrepentido del caso Banesto".

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El 'hombre del maletín'

La entrega del dinero fue realizada, según la declaración de Rivas, por un hombre de confianza de Conde, Apolonio Paramio, al que familiarmente se le denominaría con el apócope Pol, y que en círculos de Banesto se le conoce como el hombre del maletín. Paramio tenía como encargo acudir a la cafetería California 47 (en el mismo número de la madrileña calle Goya), donde se realizaron las entregas de dinero. Martín Rivas mantuvo su declaración ante el juez y Conde, según las mismas fuentes, hizo lo propio.

Apolonio Paramio también acudió ayer a la Audiencia Nacional con el objeto de mantener careos con Conde. Paramio, que no tenía ningún cargo en Banesto según fuentes de la actual dirección, sólo acertó a decir a su abogado "Vámonos, vámonos", cuando este periódico le preguntó por su careo con Conde. Paramio ya había declarado como testigo en la querella, al igual que lo ha hecho Eugenio Martínez, de Euman-Valiser. El hombre del maletín habría reconocido que realizaba gestiones personales para Conde, según fuentes jurídicas, si bien habría precisado que desconocía la naturaleza de los encargos que efectuaba. Llevaba maletines, sobres o papeles, pero no sabía su contenido, indicaron las citadas fuentes.

Previamente, Conde había llegado a la Audiencia Nacional en un despliegue similar al de la vuelta ciclista. Su BMW azul metalizado era escoltado por tres coches policiales. Conde, que vestía un terno gris marengo con la habitual corbata azul de elefantes con la trompa hacia arriba -Conde asegura que le dan suerte-, descendió del coche con gesto serio y entró en la Audiencia en medio de un gran revuelo. Le asistieron en su declaración Antonio González Cuéllar, ex fiscal de la secretaría técnica del Tribunal Supremo y exconsejero del Poder Judicial, y el abogado Miguel Ángel Gómez de Liaño. Ambos pertenecen al equipo jurídico que dirige el hermano del último, Mariano Gómez de Liaño.

El interrogatorio de Conde, según fuentes de la investigación, está todavía en el principio y puede tener una duración similar al de Arturo Romaní, que estuvo dos días. Conde está acusado de delitos de maquinación para alterar el precio de las cosas, falsedad en documentos y apropiaciones indebidas. Sin embargo, el juez podría apreciar la existencia de estafa, como ya hiciera con Romaní, habida cuenta de las vinculaciones accionariales que mantienen en varias sociedades.

Concluidos los careos, el interrogatorio de Conde prosiguió sobre otras operaciones supuestamente delictivas, entre las que figuran las de Euman-Valyser, relativas a compraventa de empresas de Banesto con empresas intermediarias de Conde que obtuvieron cuantiosos beneficios para el ex banquero.

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