_
_
_
_
_

"Le di unas palmaditas, y empezó a llorar"

Un hombre salva la vida a un bebé lanzado al vacío por su madre desde un sexto piso

Julián Requena, un bebé de 13 meses, se hará mayor y lo podrá contar. Explicará que su madre lo lanzó al vacío desde un sexto piso en un ataque de histeria. Y añadirá que debe la vida a un cúmulo de casualidades y a la intervención de un hombre, Ángel Benito, que paseaba por la calle. Julián, que ahora se recupera en el hospital La Fe de Valencia, contará a sus amigos que ese hombre, un domingo de noviembre, lo recogió entre sus brazos. En el relato aparecerá con detalle que el niño cayó desde un sexto piso sobre el techo de una furgoneta aparcada que su cuerpo rebotó y que Ángel Benito, con los brazos extendidos por un acto reflejo, pudo recogerlo.Ángel Benito, de 50 años, ya lo puede contar: "Oí un fuerte golpe y un ¡ay! Abrí los brazos y me cayó encima. Estaba como muerto, sin sangre, y no respiraba. Le di unas palmaditas en la cara, y comenzó a llorar", explica el salvador, quien realizó hace años un curso de socorrismo. Después, un rápido traslado al hospital evitó un final trágico de la historia.

La policía ha detenido a la madre, Antonia Pérez, de 26 años, y el juez decretó ayer su ingreso en prisión. La madre, "una mujer alta y morena", según la describe una vecina, afirmó no recordar lo que pasó, pero ha terminado por confesar que fue ella, y no el hermanito mayor de Julián, como la policía creyó en un principio, quien lanzó a su hijo al vacío.

Faltaban 15 minutos para las nueve de la mañana del pasado domingo cuando Julián voló desde el sexto piso de la calle del pintor Ribera de Torrent, al suroeste de Valencia. La policía conoció los hechos hacia las 14.30 del domingo por la llamada de un vecino. Los agentes creyeron al principio que la caída fue fortuita. Sin embargo, un transeúnte, domiciliado en Valencia, que pasaba en esos momentos por el lugar, ofreció algunos datos que encendieron las sospechas. Finalmente, la madre confesó, y la policía la detuvo hacia las ocho de la tarde del domingo.

Los lloros constantes del pequeño son una de las razones que circulan para explicar el origen de la supuesta histeria maternal. Sólo el padre bajó de inmediato, a medio vestir, a la calle. Nadie vio a la madre.

El niño permanece en la unidad de cuidados intensivos de La Fe, donde evolucionaba bien de las heridas. Un familiar del herido indicó a un vecino: "En cuatro días, a casa".

La familia habita una vivienda en un edificio de clase media en Torrent. Fuentes de la Policía Local de esa localidad calificaron de "sorpresa absoluta" los hechos. "Es una familia de lo más normal del mundo", indicaron. Como la de Ángel Benito, que resta importancia a su intervención. En el fondo, es uno de los que más desean que el pequeño se recupere pronto.

También quiere salir nuevamente en los periódicos que vende su esposa. "La próxima vez, que sea porque me toca la lotería", según sueña.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_