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La muchacha que cayó con un amigo desde un tercer piso por un efusivo abrazo mejora en el hosipital Clínico

Amaya R. M., la muchacha de 20 años que el miércoles resultó gravemente herida al caer con un migo desde un tercer piso, se recupera en el hospital Clínico, donde ayer permanecía ingresada en la unidad de reanimación. El accidente, debido a un abrazo, se produjo a primera hora de la madrugada, en un piso de la calle del General Palanca, 35 (Delicias).En la vivienda se había celebrado una reunión de amigos. Al filo de la medianoche, se marchó la mayoría. Quedaron en la vivienda el dueño, Amaya y su amigo Francisco Javier U. G., de 20 años.

La joven, rubia y de 1,86 metros de altura, se dirigió a Francisco Javier, quien estaba apoyado en el alféizar de una ventana abierta. La muchacha le abrazó.

La efusividad de la acción hizo perder el equilibrio a Francisco Javier. Ambos se precipitaron al Vacío.. Diez metros de caída.

Tres pisos más abajo, Amaya quedó inconsciente, con las muñecas fracturadas, el codo derecho roto y un fuerte traumatismo abdominal. Con mejor fortuna, Javier únicamente se dañó la muñeca derecha y el maxilar.

Al lugar de los hechos acudieron la Policía Municipal y dos ambulancias de Samur. Javier, estudiante de telecomunicaciones, les explicó sucintamente lo sucedido.

El personal de las ambulancias, tras atender a los jóvenes en el sitio, les trasladó al hospital, donde se descubrió que Amaya sufría una fractura en la séptima vértebra dorsal, aunque sin afectación medular. Esta lesión, de no haber sido tratada adecuadamente en los primeros momentos, podría haber dejado parapléjica a la joven, según fuentes médicas.

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Los amigos y familiares de los accidentados negaron ayer con insistencia que ambos mantuviesen relación sentimental alguna; asimismo, rechazaron que en la reunión se hubiese bebido alcohol. Amaya, que este año empezará a estudiar filosofía, se encuentra "nerviosa" por el accidente, según quienes la han visitado. Francisco Javier, que recibió rápidamente el alta, descansa ahora en casa de sus padres.

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