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El Zaragoza se ablanda en Rumanía

El Gloria Bistrita se apoyó en el entusiasmo para ganar el partido de la Recopa

El Real Zaragoza no sólo desperdició una ocasión inmejorable de dejar sentenciada la primera eliminatoria de la Recopa, sino que cosechó una derrota mínima en un partido que se le puso claramente favorable y que al final se le complicó de forma inexplicable. El equipo aragonés fue incapaz de imponer su fútbol rápido y vertical ante un desconocido Gloria Bistrita rumano, que no evidenció cualidades técnicas reseñables, pero que supo aprovechar sus oportunidades y se creció cuando el marcador se le puso favorable.Los jugadores zaragocistas se mostraron escasamente motivados, incluso relajados durante muchos minutos, convencidos de su tremenda superioridad. El Gloria, que no pasaría de ser un equipo medio de la Segunda División española, cerró filas en torno al meta Cimpeanu y confió su suerte a las acciones aisladas de Matei y Lungu.

El Zaragoza tampoco jugaba con fluidez, pero controlaba el partido y daba la sensación de que se adelantaría en el marcador en cuanto apretara el acelerador. Sucedió cuando el cronómetro se aproximaba a la media hora. Avisó Esnáider, repitió Geli con un doble remate que tocó el larguero, hasta que de nuevo el argentino, a un minuto del descanso, aprovechó un fallo de Pardeza en un remate para marcar el 0-1. El tanto venía a ratificar la superioridad del conjunto de Víctor Fernández. El último cuarto de hora había sido suyo.

La situación se hizo ventajosa para el Zaragoza. Tenía un gol, el dominio del juego y un aire evidente de superioridad. Con un poco de paciencia y atención, el partido estaba conquistado. Durante los últimos meses ha sido un equipo fiable, casi siempre acertado a la hora de llevar los partidos. El Gloria no parecía un rival capaz de provocar el desconcierto en el equipo español. Sin embargo, los acontecimientos desbordaron al Zaragoza.

El gol ni resultó psicológico ni sirvió para que el partido entrara en los derroteros previsibles y permitiera al Zaragoza aumentar su ventaja.

Un fallo de Lizarralde al intentar un despeje de cabeza permitió a Raduta igualar nada más reanudarse el partido y un minuto después el mismo jugador lanzó un tremendo disparo que aprovechó Lungu tras ser rechazado por el larguero para darle la vuelta al marcador. Fue un sopapo monumental. El corte del partido admitía el empate, pero en el plazo de un minuto el Zaragoza se encontraba derrotado, fuera del encuentro, con pocas ganas de rehacerse.

La decoración cambió radicalmente a partir de ese momento. El Gloria se creció, se hizo dueño del balón y se marchó con descaro hacia la meta de Cedrún. Los rumanos se sintieron estimulados hasta el punto de camuflar sus debilidades futbolísticas. Y en el lado inverso, el Zaragoza se aplanó hasta el punto de descomponerse. El Zaragoza aumentó su desconcierto y perdió la compostura. Los jugadores intentaron, sin éxito, encontrar la motivación de la que habían carecido en la hora anterior, pero el tiempo de hacerse con el partido ya había pasado. La expulsión de Franco cerró además cualquier posibilidad de enmendar el resultado.

Sólo Aragón, al lanzamiento de una falta, estrelló el balón en el palo. El resto fueron fuegos de artificio. Lo contrario que el Gloria, que pudo aumentar su ventaja.

El resultado y la superioridad técnica mostrada en el partido de ayer por los zaragocistas les mantiene como favoritos para superar una eliminatoria que se resolverá en Valencia, al estar clausurada por la UEFA La Romareda.

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