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Tribuna
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Los torpes

Manuel Vicent

Las discotecas cierran a las ocho de la mañana porque hay gente muy torpe que necesita mucho tiempo para ligar. Si todos los jóvenes fueran realmente seductores, la noche terminaría enseguida. A la una de la madrugada cada pareja estaría en su respectiva madriguera trabajando el amor y en las salas de fiesta sólo quedarían los camareros, pero ahora en la seducción también hay democracia y la música en las discotecas no cesa hasta que no liga el más desgraciado del lo cal. Cenados y bien acicalados, los jóvenes inician la competición pasada la medianoche. En la oscura parrilla del viernes o del sábado, las mesnadas se con centran para abrevar en los lugares consabidos antes de que se efectúe el disparo de salida. Entonces se les ve avanzar en hacinados automóviles hacia las salas de fiesta atraídos por una es Irella de láser que desde el espacio les indica el camino., Dentro de cada discoteca se produce muy pronto una selección natural. Los rostros más atractivos se buscan entre ellos, las miradas mas sugestivas comienzan -a crear nudos ineludibles, el aura de unos cuerpos se va acoplando de forma magnética a otros cuerpos si milares. - Todo el trabajo de las hormonas se realiza en la primera hora de música. El resto de la no iche ya no es naturaleza, sino un subproducto cultural. Alrededor de las dos de la madrugada, a los jóvenes más seductores de ambos sexos ya les sobra el alcohol y la música para alcanzar. su objetivo. Gracias a la belleza, la pieza de seada ya está en sus brazos y con ella desaparecen en la oscuridad. Los que no logran superar el primer obstáculo permanecen en la fiesta para ver si surge una segunda oportunidad. Suele ser gente terciada,que no liga hasta que el alba clarea espoleada por la frustración. En la discoteca sigue la música con el sol en el tejado. Allí sólo quedan los torpes, los que a lo largo de la noche no han en contrado una sola mirada. Den tro del resplandor del día, el can sancio tal vez les deparará otro resto del naufragio. Cuando se agarren a ese madero cesará la música.

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Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

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