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CONVERGENCIA CON EUROPA

El Gobierno renuncia a los objetivos de convergencia para 1996 en déficit y deuda pública

EL PAÍS España no será capaz de reducir su déficit público al 3% en 1996 ni rebajar la deuda pública al 60% del PIB. Así lo reconoció ayer el Gobierno al aprobar un programa de convergencia que, en realidad, diverge de los objetivos de Maastricht. Se sitúa así en línea con otros países de la Unión Europea que han revisado sus planes respecto de lo acor dado en 1992. Entonces no se preveía la rece sión económica que ha pasado su factura a las finanzas públicas en la mayor parte de ellos. Aun así, el nuevo programa de convergencia supone rebajar a la mitad el déficit público en los tres próximos años. Para ello se cuenta con la recuperación económica y una contención del gasto, principalmente en transferencias e inversión pública..

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El nuevo programa "se vincula" a los acuerdos de Maastricht -hacer converger las economías europeas en 1996 para adoptar una moneda única- y "actual¡za" el plan aprobado en 1992. Es, además, según explicó el mi nistro de Economía y Hacienda, Pedro Sólbes, tras el Consejo de Ministros de ayer, "un programa para toda la legislatura", que adopta "una política parecida" a la que se debería seguir de no existir los compromisos con la Unión Europea.El programa va, por ello, un año más allá -hasta 1997- pero implica renunciar en el plazo previsto -1996- a situar déficit de las.Administración Públicas en el 3% del PIB y la deuda, en el 60%. Según lo aprobado ayer, en esa fecha el, déficit del Estado, la Seguridad Social, las autonomías y los ayunta mientos se situará en el 4,4% y el saldo de la deuda pública, en el 65,5%. Un año después, el Go bierno cree que se llegará al 3% y al 65,2%, respectivamente.

A pesar de esta renuncia, el esfuerzo que se piensa realizar es considerable. En déficit público, el objetivo es reducirlo a más de la mitad (desde el 7,3% de 1993, hasta el 3% en 1997), muy espe cialmente en el Estado y la Segu ridad Social (desde el 6,1 % hasta el 2,7%).

Solbes explicó que la recupe ración de la economía permitirá aumentar los ingresos. En rela ción a los gastos señaló que el compromiso del Gobierno es que éstos crezcan por debajo de la economía (sin descontar la inflación). Añadió que el pasado año se adoptaron medidas de conten ción en sanidad y desempleo, "cuyos efectos serán más positivos en anos proximos". Habrá restricciones en la oferta de em pleo público, en las transferen cias a empresas estatales y en los gastos corrientes.

Respecto del gasto en infraestructuras, Solbes dijo que se mantendrán "cifras parecidas a las actuales". Advirtió que si las administraciones territoriales no pueden aportar inversiones públicas hasta cubrir en total el 5% del PIB, el Estado "no hará un esfuerzo adicional". Este com promiso figuraba en el anterior, programa de convergencia (1992) y en el último programa electoral del PSOE.

Tampoco concretó cómo quiere el Gobierno reducir el dé ficit de la Seguridad Social (desde el 0,7% previsto en 1994, has ta el 0,2% en 1997). Solbes dijo que ya se han adoptado medidas en desempleo y pensiones, pero "puede haber algunos retoques en el futuro", que no precisó. El Gobierno espera al respecto los resultados de la. Comisión parlamentaria que estudia la reforma de la Seguridad Social.

Las cuentas al final saldrán como se prevé sólo si la economía española se recupera hasta rozar el 4% de crecimiento en 1996-1997. Ello permitirá crear hasta entonces "hasta un millón de puestos de trabajo", tal como reiteró ayer Solbes. Dijo que el empleo es "el principal objetivo del programa de convergencia".

Las bases de este crecimiento consistirán en una fuerte recuperación del consumo privado y en una todavía mayor pujanza de la inversión. Según el cuadró macroeconómico aprobado ayer, el consumo privado pasará de crecer una décima en 1994 hasta un 3,6% en 1996-1997. La inversión aumentará un 1,6% este año y un 8% en esos dos últimos ejercicios.

El programa aprobado ayer contempla, además, una serie de reformas estructurales que el ministro tampoco se detuvo en detallar. Mencionó que muchas de ellas ya están en marcha, otras se están aprobando y algunas -seguros privados y colegios profesionales- están en preparación. Tras la reforma del mercado de trabajo, el nuevo plan de convergencia no pide sacrificios salariales, pero sí exige "un comportamiento moderado", según Solbes.

Este programa se enviará a finales de mes a Bruselas y la próxima semana se debatirá en la comisión mixta Congreso-Senado. El ministro de Economía dijo que el nuevo plan contempla una serie de grandes objetivos de política económica "donde se puede llegar a un cierto consenso con las fuerzas parlamentarias". Pero en las medidas estructurales "la iniciativa corresponde al Gobierno".

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