_
_
_
_
_
Reportaje:

Los vecinos de Franco quieren ser de Madrid

Al barrio de El Pardo no llegan los autobuses de la EMT, y los taxis cobran tarifa especial

Vicente G. Olaya

El Pardo, el barrio madrileño con más banderas nacionales por metro cuadrado, quiere servicios sociales y municipales. Sus casi 5.000 habitantes, entre los que se ocultan los últimos miembros de la guardia mora de Franco, los famosos motoristas de¡ caudillo o el personal civil y militar del palacio, viven hacinados en unas pequeñas viviendas donde llegan a convivir hasta 16 personas. En El Pardo no se construyen casas desde hace 10 años. De todas formas, a pesar de las carencias, estos vecinos no quieren abandonar el barrio. "Tenemos derecho a que nuestros hijos sigan viviendo cerca de nosotros". Rodeados de bosques y naturaleza, los vecinos de El Pardo aseguran: "Tenemos águilas perdiceras, pero carecemos de instituto, cine o supermercado".

Más información
Hacinados en torno a un palacio
El 'green' y la iglesia fantasma
Un monte con 350 especies de plantas y 246 de vertebrados

El Pardo, residencia real y pabellón de caza desde la época de los Trastamara, congrega una población fija de más de 5.000 personas. La mayoría de los vecinos, traídos por el general Franco en los años cuarenta y sesenta, son funcionarios o militares ya retirados. "Hubo un tiempo en que vivíamos en los barracones de los cuarteles que se situaban en torno al palacio", recuerda un capitán de la reserva.En aquellos años fueron derribadas las tradicionales y deterioradas edificaciones del barrio. Algunas familias rojas fueron expulsadas. "Se da la circunstancia de que sus descendientes quieren volver también hoy día al barrio, ya que sus padres eran propietarios de la mayoría de las viviendas derribadas", asegura Carlos Camacho, presidente de, la asociación vecinal Consejo General Ciudadano de El Pardo.

Se calcula que uno de cada cinco vecinos de mediada edad carece de casa propia o de alquiler (viven con otros familiares). En El Pardo no se construyen viviendas desde hace 10 años porque no hay suelo liberado. "La últimas casas las levantó una constructora de Ruiz-Mateos. Como el Patrimonio Nacional no quiere cedernos los terrenos que posee en el barrio, no se pueden levantar nuevas casas".Los jóvenes se van

A pesar de carecer de solares, un grupo de vecinos se ha constituido en cooperativa. "Los jóvenes han de marcharse a otros barrios. La mayoría de los vecinos son funcionarios jubilados. En más del 30% de las casas viven hasta tres generaciones", cuenta Francisco Ledesma, presidente de la cooperativa de El Pardo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Desde el Patrimonio Nacional se ha negado que esta institución tenga en propiedad 13 solares. "Un solar es un terreno en donde se puede construir, y el Patrimonio no tiene ningún terreno con estas características", se afirma.

El Consejo, una de las tres asociaciones de vecinos del barrio, suele convocar cada mes una concentración de protesta exponiendo las carencias de la zona. "No tenemos ni autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) ni zonas deportivas ni instituto. Estamos abandonados por todas las administraciones porque somos sólo 5.000 personas. A nadie le interesa apoyar a unos vecinos que, demagógicamente, pueden ser tachados de retrógrados o franquistas", claman. "Lo último que nos dicen es que somos piñeristas [seguidores o afiliados del PRIM, partido que preside Nicolás Piñeiro, vecino de El Pardo y tránsfuga del PP]", dicen.

Pero no todos están de acuerdo en estas reivindicaciones. El presidente de otro de los grupos vecinales, la Asociación Familiar San Juan Bautista, Manuel Aparicio, considera: "Es bueno que los autobuses no sean municipales. Los privados son más baratos y, además, no tenemos que soportar las huelgas de la EMT".

Por otra parte, el límite de la tarifa de los taxis no incluye a este barrio. "Con lo cual tenemos que pagar el doble que cualquier otro vecino de Madrid", dice Camacho.

Los jóvenes estudian fuera del barrio. En esta barriada no hay instituto, por lo que han de desplazarse a Fuencarral (unos 12 kilómetros). "Para llegar han de tomar tres autobuses, porque no tenemos comunicación directa.Si pedimos plaza en Argüelles [siete kilómetros] nos responden que nuestro distrito escolar es Fuencarral".

Las asociaciones vecinales no se ponen de acuerdo a la hora de contar el número de instalaciones deportivas. La Asociación San Juan Bautista mantiene que el barrio está dotado de buenos polideportivos. "Somontes o el antiguo Parque Sindical están muy cerca. No podemos exigir más que otros barrios de Madrid, y más teniendo en cuenta que somos casi todos inayores", dice su presidente, Manuel Aparicio. "Se trata de clubes deportivos privados a los que sólo se tiene acceso mediante una costosa entrada. En cualquier barrio existe un polideportivo municipal, excepto en El Pardo. Muchos no quieren hablar de ello porque son militares y cuentan con sus propias instalaciones privadas", mantiene Camacho.

Los vecinos consideran que el cementerio de El Pardo tiene un uso demasiado exclusivo. "Cuando se muere alguien importante, enseguida lo entierran aquí. Todo el camposanto está lleno de famosos. Cuando queremos que a algún familiar nuestro lo entierren aquí [los vecinos de El Pardo son enterrados en los mismos cementerios que el resto de los madrileños; la Almudena, principalmente] tenemos que remover Roma con Santiago".

En el barrio de El Pardo sólo hay una casa de socorro. "Pero no abre los fines de semana y cierra a las ocho de la tarde. Para cualquier urgencia tenemos que desplazarnos a La Paz [12 kilómetros] o a Puerta de Hierro [siete kilómetros]. Y encima, sin transporte directo. Para morirnos en el viaje".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_